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¿Dónde echarse las mejores tortas?

Por Animal Gourmet

Junto con el taco, la torta es el alimento emblemático de la ciudad de México por excelencia. Es también una muestra del ingenio del mexicano ante la escasez de tiempo y una rápida solución para matar el hambre en pocos minutos. Es el alimento más democrático; no ha nacido el capitalino que le haya dicho no a una buena torta.

Lo mejor es que no ha perdido la batalla contra las transnacionales ni sus desabridos y “glamourosos” paquetes fast food como le llaman algunos.

Cuando el hambre llama el hombre acude. Por ello encontrarás el típico puesto de lámina con planchas calientes afuera de cualquier estación del metro o un paradero.

“Suspiro de Monja”, una equilibrada combinación de chorizo, huevo y salchicha

Cualquier capitalino ha comido o comerá al menos una vez en su vida una torta. // Foto: Cuartoscuro.

Cualquier capitalino ha comido o comerá al menos una vez en su vida una torta. // Foto: Cuartoscuro.

En dichos santuarios de la tragadera venden combinaciones y fórmulas ya probadas: la omnipresente Cubana (con todos los ingredientes), la Trevi (milanesa, salchicha y huevo), la Hawaiana (jamón, piña y quesillo), la Suiza (combinación de quesos Oaxaca, blanco y amarillo), la Niurka (pechuga de pollo, pierna y quesillo) o la clásica “Suspiro de Monja”, una equilibrada combinación de chorizo, huevo y salchicha entre una telera bien formada.

Sin embargo existen algunos lugares que van más allá de la simple torta “laminera”, aunque sean preparadas en un puesto de estas características. Estas son algunas de esas tortas notables y excelsas.

1) El Cuadrilátero

Ubicado en Luis Moya 43 casi esquina con Artículo 123, ofrece excelentes combinaciones y diversos tamaños. La especialidad del encordado tortero es la Gladiador, un energúmeno de huevo, salchicha, jamón, pierna, queso y bistec que mide 40 centímetros y pesa casi 1.5 kilogramos.

El reto: Sí te la terminas en menos de 15 minutos es gratis. El plus de esta tortería es la atención personal, y amable, del exluchador Super Astro así como los panes especialmente hechos para estas tortas

2) Tortas Robles.

Localizada en frente de la Plaza Solidaridad, a unos locales del Museo Mural Diego Rivera, ofrece tortas caseras en frío a muy buen precio. La sugerencia: Jamón con quesillo, pastel de pollo y aguacate. Esta tortería, antes ubicada en la plaza José Martí, tiene la experiencia de más de tres generaciones en la preparación del folclórico fast food las cuales hace algunas décadas fueron las preferidas de los periódicos cercanos como El Universal, Excélsior, La Prensa y La Jornada.

3) Tortas Armando’s

Aguacate, jitomate, chipotle y cebolla para darle el toque ensaladoso a la torta. // Foto: Cuartoscuro.

Aguacate, jitomate, chipotle y cebolla para darle el toque ensaladoso a la torta. // Foto: Cuartoscuro.

En la esquina de Colón y la lateral de avenida Reforma, se encuentra este lugar señalado por cronistas urbanos e historiadores como el lugar donde fueron inventadas las tortas tal y como se conocen en la actualidad. El origen del lugar se remonta a 1892, cuando Armando Martínez creó el platillo que se popularizó rápidamente.

4) Super Tortas de Puente de Alvarado

También en el Centro Histórico, en Puente de Alvarado casi esquina con el Eje 1 Poniente (Guerrero), estas tortas son tan famosas por su bajo precio y como por el espectáculo que implica ver al maestro tortero preparar diez “Especiales” (jamón, queso, huevo, aguacate, cebolla, chipotle y jitomate) en menos de 10 minutos. Ni el Rey de la Hamburguesa podría superar esa marca.

5) El Borrego Viudo

Ampliamente conocido por sus tacos y el horario 24/7 que siempre salva al más crudo, esta taquería tiene también un puesto de lámina en el que preparan las combinaciones clásicas pero destaca la de pierna de cerdo horneada con quesillo. Una buena alternativa a los tacos de este lugar que, debemos aceptar, son más nombre que sabor y con el plus de que nunca, nunca, nunca cierran.

¿Cómo acompañar una torta? Un refresco es el compañero por excelencia a la hora de la comida. Por la mañana un jugo o un licuado en el puesto, siempre hay uno cerca de las “Super tortas gigantes”, en la mañana o un agua de melón, alfalfa o de fresa. Para la “guajolota” nada mejor que el atole de arroz o el champurrado. Sólo no sean de los ingenuos que acompañan su torta con refresco dietético, de lo contrario serán objeto de chistes y burlas.

El pilón tortero (o la embarrada de aguacate)

A la entrada de Tulancingo, Hidalgo, cuna de El Enmascarado de Plata y del patriarca de La Familia Burrón, el caricaturista Gabriel Vargas, se encuentra una de las torterías favoritas de quien esto escribe: La Preferida, un antiguo merendero para camioneros que devino en parada obligada y una agradable razón para desviarse media hora de camino a Pachuca.

¿Qué impulsaría a un hombre a viajar kilómetros por una torta? Además de la familia política, el queso. No es orgánico y dista mucho de ser gourmet pero es tan suave y lleno de sabor que difícilmente creerás que pasando la puerta están las vacas a las cuales ordeñaron para prepararlo.

Queso, mucho queso derretido que se escurre por los bordes

Lo mismo ocurre con el pan, horneado in situ para atascarlo con carnes frías, pierna española, jamón, piña y queso, mucho queso derretido que se escurre por los bordes cuando recibes tus bocadillos y coges con el dedo para meterte la hebra a la boca.

Un último consejo para tortear a gusto: Cuando terminen su torta, procuren desalojar rápidamente el lugar para dejar paso a más comensales apurados, pues como señala el viejo dicho: “Ya comí, ya bebí. Ya no me hallo aquí.”