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Casa Christofle, cubertería para reyes y millonarios

Por Animal Gourmet

Cuentan los historiadores que fue Catalina de Medici quien en el siglo XVI promovió, con éxito, la buena costumbre de que damas y caballeros compartan la mesa en la corte francesa. Como buena mujer italiana, al casarse con Enrique II viajó con grandes chefs y elegantísimas vajillas. Los grandes baquetes comenzaron y dicen también que con ello se introdujo en Francia el uso del tenedor, invención atribuida a Leonardo da Vinci.

Así comenzó la historia y ahora nos trasladamos a Francia. La casa Christofle tiene una historia de dos siglos de trabajo en metales y plata. Desde que Charles Christofle abrió la primera tienda en 1830, introdujo procesos de plateado por electrólisis y logró, a finales del siglo XIX, enchapar objetos metálicos en plata tan brillantes como los de la plata sólida, a un mucho menor costo. La aspiración al lujo se hizo accesible para la burguesía francesa.

Sus diseños han recorrido etapas y movimientos artísticos como el historicismo, el naturalismo, el orientalismo, art nouveau, art decó y hoy, en el siglo XXI, la casa sigue invitando a diseñadores contemporáneos a colaborar en el diseño orfebre.

Las estatuas que coronan el techo de la Ópera de Garnier en París son un claro ejemplo de las múltiples técnicas de Christofle en el desarrollo de mejores técnicas de plateado, platinado, enamel, etcétera, cuyos ejemplos se encuentran en todo Francia. Así, piezas orfebres de diversas iglesias y plazas fueron elaboradas por la casa que nació en Lyon.

Nicolas Sarkozy, el expresidente, tiene un set de cubiertos de la casa Christofle con su firma y el emblema del Elíseo

Napoleón III, el rey Luis Felipe, Papas, casas reales y excéntricos millonarios hicieron de Christofle su orfebre de cabecera. Tienen pedidos especiales para grandes hoteles, cruceros y hasta el Orient Express. La tradición de que los huéspedes del Palacio del Elíseo manden a hacer sus propias piezas de orfebrería se mantiene hasta hoy y Nicolas Sarkozy, el expresidente, tiene un set de cubiertos de la casa Christofle con su firma y el emblema del Elíseo.

Con la llegada del Segundo Imperio, a la Casa Christofle le otorgaron el título de “Proveedor del Estado”, fabricando así piezas muy exclusivas para el Elíseo y el Palacio de las Tullerías, lugares desde donde se dirigía el país.

La cubertería de Christofle ha cautivado a casas reales, Papas y millonarios. // Foto: Especial.

La cubertería de Christofle ha cautivado a casas reales, Papas y millonarios. // Foto: Especial.

Un juego comercial de cubiertos Christofle consta hoy de 42 piezas distintas, aunque la variedad es inmensa de acuerdo a regiones, gustos y presupuestos. El tenedor de ensalada es, por ejemplo, fundamental en Estados Unidos, la cuchara para papa es un elemento básico en las cocinas belga y alemana y el tenedor de ostras un clásico del norte de Francia.

La oferta de cubiertos de Christofle es como de cuento de princesas con las más sofisticadas especificaciones. Tenedor para cena, cuchara de sopa tradicional, cuchillo común, sopa de postre,  cuchillo de postre, cuchara de café, cuchara de productos de hielo, cuchara de taza pequeña para espresso, tenedor Oyster, cucharas de azúcar y los maravillosos cubiertos de servir, que hay, desde para trinchar y cortar una oca, hasta los cuchillos más finos para el corte de un esmedregal.

Christofle ha producido extraordinarias piezas en cada uno de los estilos históricos que hoy están exhibidas en museos de todo el mundo. Arte en metal y porcelana, un clásico de la historia de la orfebrería y del arte de servir.