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Stella Artois: Una historia de calidad, buen gusto y tradición

Por Animal Gourmet

Cuando las madres quieren que sus hijos pequeños duerman les cuentan historias. Antes de dormir, los amantes de la cerveza escuchan la historia de la estrella que ilumina el camino del sediento, de quien desea refrescarse y de cualquiera en busca de una buena cerveza.

Hace casi 650 años, en 1366, en el lejano reino de Bélgica nació la cervecería Den Hoorn, destinada a hacer historia y dejar su huella en el mundo. Tras unos primeros años relativamente tranquilos, en 1708 nuestro personaje cambió de nombre a Artois, como el maestro cervercero Sebastián Artois quien asumió el control de la cervecera.

Sin embargo sería cientos de años más tarde que nuestro heróico brebaje tomaría su nombre y carácter definitivo; en 1926 nació Stella, una cerveza de edición especial —cuyo nombre significa “estrella” en latín— creada para la temporada navideña de aquel año. Su característica principal: una estrella grabada en cada botella. Una nueva leyenda iluminaba el cielo.

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Ahora, esa misma estrella está en México para dar luz a todos aquellos que gusten de una cerveza de amargor delicado. Una pilsner rubia elaborada con una levadura especial, llamada Stella Artois como la cerveza, y lúpulo Saaz, uno de los más exclusivos del mundo por sus características.

Todo caballero tiene a su lado un bardo que enarbola sus victorias y Stella Artois no es la excepción. Mención aparte merece el chalice, una copa de cristal diseñada especialmente para mejorar la experiencia de beber esta pilsner rubia. Además, fue diseñado también con la idea de mantener el balance perfecto entre líquido y gas, este cáliz también fue pensado para mantener la cerveza fría por más tiempo y no dejar escapar su sabor. Para coronar, una estrella.

El ritual de los 9 pasos

Antes de ser un héroe, todo caballero debe pasar por un proceso de preparación y entrenamiento. En este caso, para disfrutar ampliamente la experiencia Stella Artois existe una serie de pasos y recomendaciones que la misma cervecera da para que tengas en cuenta y el disfrute sea mayor:

Preparación: La cerveza debe estar a una temperatura de 3 grados Celsius.

Purificación: Antes de sacar la cerveza del refrigerador, asegúrate de enjuagar tu chalice en agua fría con jabón inodoro para que este último no interfiera con el sabor de la cerveza.

Destape: Retirar la tapa de la botella con un movimiento rápido y gentil, como si se tratara de una damisela en las garras de un dragón.

Alquimia: Comienza a servir la cerveza en un ángulo de 45 grados cuidando que la botella nunca toque el chalice, NUNCA.

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Coronación: Cuando la cerveza alcance la mitad de la capacidad, enderezar el  chalice y bajarlo lentamente para que forme una corona de espuma protectora.

Corte: Colocar a 45 grados el cortador de espuma para retirar el exceso que de ésta haya quedado. Esto detendrá el proceso de oxidación de la cerveza y mantendrá un mejor sabor.

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Juicio: La capa de espuma de la cerveza debe tener 3 centímetros de espesor para mantener las propiedades y sabor de Stella Artois.

Limpieza: Al momento de servir la cerveza, un poco del líquido se derramará por los lados. Toma el chalice por el tallo y enjuágalo en agua fría.

Envestidura: Colocar un atrapagotas y poner el chalice sobre un portavasos, justo como un caballero con su armadura reluciente durante un desfile.

Después de esto no queda mas que disfrutar su buena estrella. ¡Salud!