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La cocina de los signos zodiacales: Cáncer, Leo y Virgo

Por Animal Gourmet

Terminó la primavera. Comienza una nueva etapa del año: el verano. Han llegado los tiempos de la lluvia y su melodioso ruido evoca paisajes brumosos. En el campo vemos a los pacientes campesinos cuidando y depurando la milpa.

El olor a tierra mojada y las cortinas de agua como un espectáculo maravilloso que, refrescando nuestra alma, se ofrecen como parte de la vida. Es también la temporada de las vacaciones y la diversión, de dejar la ciudad y poblar las playas; de divertirse y arriesgarse en mil aventuras.

Los signos del zodiaco que corresponden al verano son Cáncer, del 22 de junio al 22 de julio; Leo, del 23 de julio al 22 de agosto, y Virgo, del 23 de agosto al 22 de septiembre.

En el calendario gastronómico es la época de las bebidas refrescantes, de los claretes (vinos jóvenes y frescos), los jugos de frutas, del gazpacho (sopa fría de verduras), de frutas deliciosas, de los cocidos a fuego lento que sueltan jugos y vapores generando sabores húmedos altamente sensuales. También es la temporada de las hortalizas, de las ensaladas y del cuidado de nuestra alimentación.

Cáncer, la sensibilidad

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El alimento que trae recuerdos de la infancia es el indicado para los del signo Cáncer. // Foto: Wiki Commons.

Sin duda, el signo de mayor popularidad en el zodiaco; gente carismática y altamente sensible. Sus humores son como las lluvias, a veces amenos y tranquilizadores, a veces torrenciales y dementes. Tienen una relación especial con la luna y con todos los simbolismos en torno a la madre y a la patria.

¿Cual es la cocina de Cáncer? Aquella cuyos sabores nos recuerdan a la infancia, al momento de la vida en que nuestra madre nos alimentaba. La leche, el agua de limón, la sopa de fideo, los placeres sencillos y universales de nuestros primeros sabores.

El secreto de todo ello esta en el amor, en la capacidad de trasmitir con la nutrición el cariño que sentimos para nuestros seres queridos.

A ellos corresponde la creatividad en las bebidas untuosas y cordiales. Al beberlas somos nuevamente bebes, niños bebiendo el néctar divino que nos devuelve la seguridad en la vida.

Cada vez que extrañemos esa infancia podemos recurrir a la cocina de Cáncer —con un caldo de pollo, con un vaso de leche tibio, con un vaso fresco de limonada— pero si los recuerdos que buscamos no son tan lejanos y sentimos nostalgia por el primer amor probemos con una malteada, un helado flotante, una Margarita y entendamos que la vida es, también, esas memorias de nuestro corazón.

Leo, el magnífico monarca

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Los platos estofados y los caldos dan vigor a los magnificentes (y muy vanidosos) Leo. // Foto: Wiki Commons.

Los reyes del zodiaco; los magníficos, los espléndidos, los grandiosos astros del universo —y si no supiera que esto les fascina escuchar de ellos mismos, hubiera escrito que son los vanidosos—.

Al César, lo que es de los Leo. Basta de medianías y de austeridad, comamos un exultante durazno rojizo, un apetecible higo que abre sus entrañas como el secreto placer de Afrodita, disfrutemos de un picoso mole y dejemos que las ollas nos descubran el hervor de sus caldos. Démonos tiempo de comer tarde, cuando el sol refleja su esplendor en el mar. Disfrutemos de un día de campo, y démonos tiempo para coquetear.

Es tiempo de conquistar el amor con los sabores afrodisíacos de las fresas y las granadas. Salgamos al campo, moremos en las aldeas, levantémonos de mañana en las viñas y veamos florecer las vides, allí nos daremos los amores. ¡Gocemos! La vida es tan corta y la juventud tan pasajera, ¡tomemos el riesgo!

Humedad y calor son una combinación esplendida. Imaginemos el romance de la carne y las verduras, en una cacerola, dispuestas a intercambiar sus jugos y fluidos al resguardo de la tapa. O al molito y la pechuguita del pollo; ¿qué no harán debajo de esa sábana negra en la olla de barro?

Cuando estemos aburridos o con la autoestima baja, dejémoslo todo por un rato y escapémonos a un buen mercado, como el de Coyoacán o el de Polanco. Vayamos directo a los puestos de fruta y probemos de todo. Quizá gastemos una pequeña fortuna en fresas, higos, duraznos o mangos de Manila pero la experiencia de reconciliación con la vida y sus sabores bien lo valen. O adelantemos el trabajo a la hora habitual de la comida para salir a las cinco, cuando la tarde se baña de luz dorada, y escapémonos a un restaurante con terraza y pidamos un buen estofado. Un mole de olla, una bullabesa o un buen caldo de camarón. El gozo y la diversión merecen todo nuestro esfuerzo.

¡Qué bello sería todo si pudiéramos vivir en una vacación permanente —en la Dolce Vita—! Pero todos los excesos son malos y, después de un Leo, siempre hay un Virgo que nos recuerda que debemos cuidar nuestra salud, que hay un placer secreto en comer saludable y en hacer bien el trabajo.

Virgo, la sofisticación

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La comida saludable y la alimentación balanceada es la clave para los nacidos bajo el signo de Virgo. // Foto: Wiki Commons.

Los Virgo son perfeccionistas, cuidadosos, hábiles y criticones. Son el signo en el que la sofisticación tiene su primera muestra. Expurgan las cosechas de elementos indeseados, hacen florecer las mejores lechugas y espinacas y tienen las mejores recetas para curar malestares. La dietas son su especialidad.

Cada vez que sintamos que nuestro organismo reclama atención —y que la ropa ya no nos cierra, o que nos damos cuenta que no hacemos ejercicio desde hace mucho— es tiempo de poner énfasis en comer sano. Nada mejor que una buena ensalada para levantarse ligero de la mesa y saber que la digestión no nos quitará energías para terminar bien nuestro trabajo. O también, de darnos el lujo de comer sólo aquello que nos garantice una ardua labor de perfeccionamiento por parte de un chef artesano que ha volcado su alma en realizar un plato de menú degustación.

¿Para qué comer algo que no es fruto de una labor esmerada y delicada? En la exigencia hay una gran sabiduría, y esa es la gran virtud de Virgo: saber pedir algo bueno, sano y nutritivo —pero sin exagerar en los precios—.

También es bueno que pongamos atención cuando cocinemos, tener la cocina ordenada y limpia, no desperdiciar y dedicarle a esta labor el tiempo como a un trabajo formal y ponerle toda nuestra atención. Al final nuestro organismo nos lo va a agradecer.

Buen provecho a todos. La siguiente entrega será la del otoño: Libra, Escorpión y Sagitario. Si deseas conocer la cocina de los signos zodiacales de primavera (Aries, Tauro y Géminis), da click aquí.

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