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#RECETA Pan con tomate, cuando menos es más (muchísimo más)

Por Animal Gourmet

Con jamón, con café con leche, chocolate frío; por la mañana, al medio día o por la noche, el pan con tomate es una institución de la cocina española presente en casi todas sus regiones y es tan versátil que queda con, casi, cualquier cosa.

El pan con tomate parte del desayuno clásico mediterráneo y es básicamente pan —los catalanes usan el local pan payés o “de pueblo—, buenos tomates (jitomates) maduros llenos de sabor, más dulces que ácidos y bien jugosos. Se come a lado de un huevo frito, con rebanadas de un buen jamón —rebanado a mano, por favor—, con fuet o algún otro embutido español, acompañando una buena tortilla de patata y hasta con arroz.

No es un platillo, nos atreveríamos a decir que es toda una forma de comer presente en mesas valencianas, catalanas, baleares, andaluzas, y al que dependiendo la región y el idioma, se le llama “pà amb tomaquet”, “pà amb tomata” o “pà amb tomaca” a esta sencilla y regia preparación.

Hay infinidad de recetas y aunque se trata de una simple preparación, a nosotros nos ha gustado siempre. La receta que les compartimos en esta ocasión la aprendimos de unos amigos de Murcia quienes además tenían un rallador de tomates especial de cristal antiguo para tener tomate crudo rallado por un lado, y con poner la cantidad suficiente y al gusto sobre el pan.

Ahora hazlo en casa:

Ingredientes

  • Pan rebanado (puede ser cualquiera que tengas a la mano: campesino, baguette y hasta bolillos o teleras)
  • Aceite de oliva extra virgen
  • Sal al gusto
  • Dientes de ajo pelados
  • Tomates maduros crudos, sin piel, previamente rallados con semillas y jugo

Procedimiento

Tostar un poco el pan. Una vez listo, cortar un diente de ajo por la mitad y con él frotar el pan para darle un poco de aroma y sabor a ajo.

Untar, más o menos, una cucharadita del tomate rallado sobre la rebanada de pan. Rocíar con un poco de aceite de oliva y sal y, si lo quieres un poco dorado y crujiente, calentarlo en el horno unos minutos evitando que se seque el tomate.

Servir y disfrutar de uno de los platillos más sencillos y típicos de la cocina española.