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Arte y cocina: la musa de la inspiración universal

Por Animal Gourmet

¿A qué sabe una sinfonía de Mozart? ¿Cómo prepararon el pollo de la última cena pintada por Rafaello? ¿Estaba sabroso el menú que Miguel Ángel Bunarroti dibujó y que hoy se exhibe en Bellas Artes? ¿La receta de las magdalenas que comía Marcel, el personaje de Proust, estaban aromatizadas con raspadura de naranjas o con vainilla? ¿Es la cocina un arte serio como las que acabo de mencionar?

Las expresiones artísticas vibran entre sí en una serie de influencias fecundas. De esta manera construyen un entramado sutil de vasos comunicantes con los cuales se crean vínculos.

Todos sabemos que la comida, antes del primer bocado, entra primero por los ojos. De tal manera que el aspecto visual de los platillos es una de las expresiones creativas más importantes en la gastronomía. Con nuestra vista seleccionamos los alimentos apetecibles que además desbordan una belleza que asociamos al sabor, como las frutas hermosas que con sus curvas perfectas disparan el antojo y que develan en su interior su jugosa pulpa y una abundancia de semillas que prometen cosechas futuras.

Desde hace miles de años la comida ha sido un tema para las artes visuales.

En Mesoamérica los dioses de las fuerzas primordiales adornaron los objetos que acompañaban el acto ritual de disfrutar de la comida, pues en ese momento sagrado los viandantes comulgaban con los poderes del universo en un abanico sorprendente de experiencias gustativas. En el mismo sentido, en la Europa antigua, los artistas romanos decoraban las paredes de las casas de los patricios con motivos frutales y florales alrededor de las cáteras de vino y de las representaciones del dios Baco.

Sin embargo, todas estas expresiones pictoricas que evocan a los alimentos se verán trastocadas en el Renacimiento por dos razones: el descubrimiento de América a finales del siglo XV y la aparición del artista como orgulloso creador de ilusiones visuales. El vasto repertorio de ingredientes del continente desconocido y que viajaron de regreso en las carabelas, obligó a una revolución en la alimentación de los pobladores de Europa, Asia y África. Aunque no solo cambió la alimentación.

Ocurrió que, a falta de un conocimiento claro sobre los nuevos productos y de las culturas ancestrales de América, los europeos se dieron a la tarea de inventar una serie de explicaciones sobre el orígen de sus nuevos ingredientes. Así que a los chiles les llamaron pimienta de América, pimentón o páprika; al maíz, el trigo turco y al pavo turkey, por asociación fantasiosa con el medio oriente. Así, sin darse quizás cuenta, entre las mentiras convincentes construyeron un puente sutil entre imaginación y sabor donde la evocación fantasiosa es tanto o más poderosa que el producto alimenticio en sí.

En el Renacimiento ocurre la consolidación del artista como sujeto social capaz de crear valor en objetos inhertes a través de su creación. Esos que hoy llamamos genios, tomaron un lienzo de tela preparado con goma y cal y —usando aceites de color— pintaron una realidad imaginaria. Gracias a la técnica de la perspectiva se fueron creando planos ilusorios que suponían la existencia una ventana imaginaria que nos invitaba a entrar a la escena. Muy pronto, esos oficiales de artesanía que eran capaces de sorprender con su trazo virtuoso y su imaginación extraordinaria, comenzaron a firmar sus pinturas. Los hombres ricos y poderosos coemenzaron a buscarlos para encargarles diferentes obras. Así el mecenazgo les permitía formar parte de la mágia de la que eran capaces esos nuevos grandes artistas.

A la técnica de la perspectiva se le fueron añadiendo efectos de audacia visual en el manejo de la luz. Las formas se fueron manipulando intencionalmente para crear un mayor dramatismo; a lo largo de los siglos la posición del artista se llenó de prestigio. Sus obras se volvieron objetos de gran valor cultural y monetario, pues en ellas se plasmaba el genio de seres extraordinarios.

¿En qué momento la gastronomía pasó de ser el sencillo oficio de preparar platillos suculentos a ser un arte que emociona a través de los sabores? ¿El arte ha tenido una influencia clara entre los genios de la gastronomía?

Si les interesa escuchar una plática sobre la relación de la cocina con las artes, especialmente con la literatura, los invito al Segundo Seminario de Fomento a la Lectura convocado por el Programa Universitario de Fomento a la Lectura en la UNAM. La cita es este miércoles 23 de septiembre, a las 4 de la tarde, en la sala Carlos Chávez.