“Te vas a acabar el hígado” es una de las frases que más nos dicen a los alcohólicos las personas que nos gusta tomar. Y pues a veces sí nos preocupamos, pero qué le vamos a hacer si nos gusta el olvido echarnos una copita de vez en cuando.
Para los tercos como nosotros, existe nueva información que podría ayudarnos a no gastar tan rápido ese órgano vital que sabe tan bien encebollado. Resulta que, a diferencia de los licores, la cerveza tiene un ingrediente que, al contrario de dañarlo, protege nuestro hígado.
Quizás sólo debemos cambiar de tomar cerveza lager a ale para mejorar la salud de nuestro hígado: Un nuevo estudio descubrió que los lúpulos ayudan a combatir la grasa hepática.
Lo anterior explica por qué las personas que toman mucho licor tienden a desarrollar enfermedades del hígado en mayor medida que los que se reservan sólo a la cerveza.
¿Por qué es mejor tomar ale que lager?
La acumulación de grasa en el hígado es uno de los mayores riesgos de andar tome y tome, y puede culminar en una enfermedad crónica. En un intento por saber qué ingredientes de la cerveza contribuyen al mal, los investigadores diseñaron un experimento en donde alimentaron ratoncitos con cerveza regular, cerveza sin lúpulos, y etanol puro.
Doce horas después de que los ratoncitos empezaron la fiesta, el equipo examinador revisó sus hígados. Raramente, descubrieron que los que tomaron etanol o cerveza sin lúpulos tenían casi la misma cantidad de grasa en el hígado, mientras que los que tomaron cerveza regular tenían mucho menos grasa.
El estudio sugiere que a mayor cantidad de lúpulos, mayor el beneficio; y la cerveza que tiene más lúpulos es la ale.
En la publicación del diario Alcohol and Alcoholism, los investigadores concluyeron que los lúpulos protegen el hígado en contra de la acumulación de grasa, lo cual explica por qué la cerveza no da tantos problemas de salud como otras bebidas alcohólicas.
También descubrieron que los hígados de los ratones que le entraron a la cerveza regular sufrían menos daño en el proceso de estrés oxidativo, lo cual indica que los lúpulos también tienen un efecto antioxidante.
¡Buenas noticias para nuestro hígado! Malas noticias para los ratoncitos obligados a vivir en la cruda.
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