drag_handle

Así funcionan tres suplementos alimenticios

Por Sarah del Moral

En la dieta todo se trata de equilibrio. Intentar corregir una deficiencia de golpe con una cápsula multi-todo no tiene sentido, los suplementos nutricionales no son mágicos. 

Se cree que para prevenir enfermedades debemos duplicar la dosis de nutrientes o simplemente sustituir alimentos por pequeños comprimidos de nutrientes que mágicamente van a reparar nuestro cuerpo, pero es importante no olvidar que en la alimentación hay que ver el todo para entender cómo debemos comer. 

El Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa del Departamento de Salud de Estados Unidos habla de suplementos nutricionales -y no de complementos- como concentrados de nutrientes o de otras sustancias con un efecto nutricional o fisiológico que se pueden comercializar en forma de píldoras, tabletas, cápsulas, líquidos dosificados, etcétera.

Al no ser medicamentos, las autoridades sanitarias no están obligadas a evaluar su eficacia, pero muchos médicos los prescriben para enfrentar algunos padecimientos o un déficit específico.

Para algunos médicos recomendar suplementos resulta válido en algunos casos, por ejemplo, para aumentar la dosis de hierro para pacientes con anemia. Sin embargo, para las personas que siguen un estilo de vida saludable estos comprimidos de nutrientes son innecesarios, aunque algunas insisten en consumirlos con la idea de evitar futuras enfermedades.

Es necesario estar conscientes que los suplementos no funcionan así, especialmente en estos casos:

Suplemento de calcio para prevenir osteoporosis

Primero hay que tener claro que el tratamiento dietético de la osteoporosis debe consistir en alimentos que aporten minerales que forman los huesos y no únicamente el calcio. Entre otros minerales importantes están el magnesio, el fósforo y la proteína, que es un macronutriente. 

Una pastilla no solucionará el problema. No se trata únicamente de consumir  calcio o no, se trata de todo un complemento dietético.

La alimentación alta en sodio es un factor de riesgo para la osteoporosis, especialmente en mujeres. Al momento de consumir sodio, el sistema renal se encarga de excretarlo y este proceso arrastra también calcio, contribuyendo a disminuir la densidad ósea, por lo que hay que seguir una dieta baja en sodioTambién hay otras hormonas y vitaminas que entran en juego para el mantenimiento de los huesos, como es la vitamina D o la vitamina K. 

La vitamina K  la podemos encontrar  en las hojas verdes de las hortalizas, mientras que  la vitamina D la sintetizamos por exposición solar, esto convierte al ejercicio al aire libre en uno de los hábitos de vida más importantes a la hora de prevenir osteoporosis. Fortalece musculatura, desacelera el deterioro de los huesos y mejora los niveles hormonales.

Suplemento de colágeno para las articulaciones 

El colágeno es una proteína abundante en nuestro cuerpo, representa aproximadamente el 25% de proteínas de una persona. En el plano dietético incorporar una cantidad adecuada de proteínas en la alimentación a partir de fuentes proteicas saludables como legumbres, huevos, semillas, frutos secos, carnes y pescados será suficiente para mantener los niveles de colágeno estables.

Este aminoácido es fundamental en la estructura de los tendones y los huesos, de esto se deduce que los suplementos ricos en este elemento ayudarían a generarlo. Sin embargo, los efectos de dichos suplementos no superan a una alimentación correcta y rica en proteínas. Cuando tomamos colágeno el cuerpo lo sintetiza y utiliza sus componentes a nivel general, no porque nos duelan las articulaciones de las manos quiere decir que el colágeno actuará en esa zona.

Suplemento de Omega 3 para ayudar al corazón

“Si quieres prevención con omega 3, toma pescado. Hay muchos estudios que demuestran que tomar tres raciones a la semana, principalmente de pescado azul -caballa, atún, arenques, sardinas- reduce el riesgo de cardiopatía isquémica”, apunta Miguel Ángel Martínez, director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra.

Para poder decir que un producto ayuda al mantenimiento de los niveles normales de colesterol debe tener al menos 2 gramos de ácidos grasos omega-3 de cadena larga; los más famosos y a los que hay que hacer referencia son el Ácido Eicosapentanoico (EPA) y el Ácido Docosahexanoico. Sin embargo la mayoría de estos frascos de suplementos únicamente suman menos de 100 miligramos de estos dos ácidos grasos.

Las cantidades recomendadas de EPA y DHA para mantener una salud normal son 200-250 miligramos/día que pueden aumentar hasta 500 miligramos/día, cantidades que pueden llegar a 2700 miligramos en adultos y 1700 miligramos en niños siguiendo una dieta adecuada que incluya productos ricos en omega como pescados y oleaginosas.