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los viajeros pueden ganar algo de dinero haciendo de correos informales.

¿Te gusta el café extranjero o los caramelos de otro país? Ahora puedes pagar a un extraño para que te los traiga

Por Mayra Zepeda



La próxima vez que tomes un vuelo internacional, ¿por qué no transportas algo en tu maleta para un completo desconocido?

Si tu respuesta es “ni de broma” y solo pensarlo te vienen a la cabeza imágenes terroríficas sobre personas que transportan droga sin saberlo y largas penas de cárcel, quizás debas volver a pensarlo.

“Siempre traigo cosas de mis viajes para familia y amigos”, dice Olivier Kaba, quien tiene 45 años y trabaja en una aerolínea.

“Ahora no solo puedo traer cosas para otros, sino que me pagan por hacerlo”.

“En los últimos años he ganado unos US$1.100″, asegura.

Hay algunos productos sin los cuales los expatriados no pueden vivir.

Hay algunos productos sin los cuales los expatriados no pueden vivir.

Olivier es un usuario frecuente de Worldcraze, una de las nuevas empresas que ayudan a conectar a gente que quiere comprar algo de un país extranjero con viajeros que tienen espacio libre en su maleta y quieren ganar algo de dinero haciendo de mensajeros informales.

La idea es que el comprador pueda hacerse con un producto que quizás no existe en su país o no se puede importar, o que es mucho más barato en otro lugar.

Así que a través de las páginas web y aplicaciones de estas empresas, los viajeros que viajan de un país a otro pueden comprar y transportar esos productos para los compradores.

Luego se ven y hacen el intercambio.

Todo nació de unos Levi’s

En los últimos 24 meses, Olivier dice que ha transportado de todo, desde tres meses de consumo de salami francés a Estados Unidos, hasta bolsas de caramelos japoneses o 20 kilos de muestras de telas para una mujer que está empezando su propio negocio.

“Descubro nuevos productos de los que nunca he oído hablar”, dice.

Worldcraze fue lanzada en 2012 por los emprendedores franceses Frederic Simons y Guillaume Cayard.

Oliver Kaba gana unos 500 euros al año transportando cosas vía Worldcraze.

Oliver Kaba gana unos 500 euros al año transportando cosas vía Worldcraze.

En un viaje a Nueva York, Frederic vio la gran diferencia de precio que hay entre unos pantalones Levi’s comprados en Estados Unidos y otros comprados en Francia.

Y así nació la idea.

Hoy, Worldcraze dice que tiene 10.000 usuarios, y que los productos que más transporta son de la marca Apple.

De cada transacción, Worldcraze se queda con 2,5 euros (US$2,81) del comprador, y un 10% del pago al transportista, que es hasta un 10% del coste del producto que se transporta.

La empresa basada en Singapur Ouibring tiene un modelo de negocio similar.

Fundada en 2016 por los desarrolladores Joel Gordon y Andrew Crosio, dicen que la compañía hace al menos una entrega al día.

Entre los bienes transportados se incluye café artesano de Japón a Hungría, una bolsa para bebés de Tailandia a Estados Unidos, una vela de India y un espray ambientador de Singapur a la República Checa.

Joel Gordon dice Ouibring detiene las peticiones inapropiadas.

Joel Gordon dice Ouibring detiene las peticiones inapropiadas.

“Para los compradores, es una forma de conseguir productos que antes no podían encontrar”, dice Joel.

“Los que transportan, ganan algo de dinero y conocen gente interesante que aprecia el esfuerzo y que puede compartir con ellos consejos sobre el lugar que están visitando”.

Productos falsos o ilegales

Para eliminar el riesgo de que se transporten productos falsos o ilegales, tanto Ouibring como Worldcraze solo permiten a los usuarios comprar y recoger productos de tiendas legítimas.

La jefa de marketing de Wordlcraze, Constance Claviez Homberg, dice: “Nuestros usuarios no pueden comprar productos ilegales porque los compran directamente en tiendas”.

“De esta forma es simplemente imposible llevar cosas ilegales o falsas. Y los viajeros tienen que subir la factura a nuestra plataforma para probar que el producto es congruente”.

Worldcraze ayudó a un hombre a comprar un palo de hockey en el extranjero.

Worldcraze ayudó a un hombre a comprar un palo de hockey en el extranjero.

La empresa también aconseja asegurarse de que el producto en cuestión es legal en el país de destino, y tiene empleados que comprueban las peticiones que se hacen cada día en su página web y app.

Joel Gordon, de Ouibring, dice que también tiene un “sistema de moderación”, que “alerta sobre las peticiones que pueden ser inapropiadas, y las eliminamos si es necesario”.

Señala que la empresa también aconseja a los usuarios que si no están seguros sobre algo, deben ponerse en contacto “y responderemos cuanto antes”.

“Estamos dispuestos a proporcionar consejo a los pasajeros si tienen preguntas específicas”, asegura Joel.

“Al final, es responsabilidad del pasajero asegurarse que cumple con las leyes relevantes del país al que están viajando”.

Beck Friends, basada en Bombay (India), es otra de estas empresas, y no establece que solo se puedan transportar productos nuevos.

Un viajero transportó recientemente un oso de peluche de Chicago a Bombay después de que su dueña, una niña de cuatro años llamada Heer, se lo dejara olvidado.

Beck Friends ayudó a reunir a Heer con su osito de peluche.

Beck Friends ayudó a reunir a Heer con su osito de peluche.

Para eliminar preocupaciones, el comprador y el viajero tienen que conectarse primero en redes sociales como Facebook, Linkedin o Google+. Los usuarios deben subir dos formas válidas de identificación, como un pasaporte y un carnet de conducir.

“La seguridad es la principal preocupación, y estamos construyendo una plataforma robusta para encargarnos de esto”, asegura el cofundador de Beck, Deep Malhotra.

Las tasas a las exportación y la importación, que varían mucho de un país a otro, pueden complicar las cosas.

Estas tres empresas dicen que informan sobre ello a sus usuarios y que es el comprador el que tiene que cubrir cualquier coste.

Si el viajero tiene dudas o se mete en problemas, las tres empresas aseguran que tienen personal de apoyo disponible constantemente para ayudar, a través del teléfono, de un chat online o del correo electrónico.

Joel Gordon no cree que la seguridad o las aduanas vayan a limitar el crecimiento de su empresa.

“Nuestra visión es formar parte de la vida diaria internacional, como Airbnb, con gente de todo el mundo ayudando a que el transporte, la logística y los viajes trabajen mejor juntos”.