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Tres exquisitos souvenirs que debes comprar (y llevar a tu ciudad) cuando vayas a Monterrey

Por Animal Gourmet

Ya fuiste a Monterrey, paseaste por el Parque Fundidora, la Macroplaza, recorriste el Paseo Santa Lucía y comiste en alguno de estos maravillosos restaurantes. Es hora de volver a casa.

Antes de hacer las maletas te darás un tiempo para comprar recuerditos y, sin duda, los mejores son los que van directo a la barriga.

Opciones hay muchas, pero estas tres son absolutamente imperdibles:

Chicharrón y carne seca de la Ramos

Hay de chicharrones a chicharrones, y el de Carnes Ramos, en Monterrey, es simplemente glorioso. Ir a esta ciudad y no comprar al menos un par de bolsas de chicharrón de papada de cerdo –que se fríe con una receta secreta y después se prensa- es un pecado.

¿Recuerdas la ya famosa chicharrosca de reyes? Es creación de Carnes Ramos, un negocio que comenzó en 1975 y que pronto se convirtió en uno de los consentidos de los regios. Además del legendario chicharrón prensado –fantástico solito, en taco con salsa y limón o preparado en salsa verde-, venden una variedad de cortes de res como arrachera, cowboy, new york, sirloin, tomahawk y otros muy socorridos en la gastronomía norestense que además puedes llevar sin problema en el avión.

Otro souvenir indispensable es la carne seca. Puedes comprar la bolsita de machaca para preparar unos huevos exquisitos –solo tienes que rehidratar la carne con un poco de agua- o la bolsa de tiras de carne seca, perfectas para botanear con un poquito de limón.

Si no planeas viajar a Monterrey próximamente pero ya mueres del antojo, la boutique de carnes Corte y Norte –con sucursales en las colonias Nápoles y San Ángel en la ciudad de México- tiene disponibles algunos productos de Carnes Ramos.

Glorias y otros dulces de Linares

Nuevo León se destaca por sus dulces -sobretodo los que se hacen con nuez pecana– porque es una zona donde abundan los nogales. Hay una ciudad al sur del estado que brilla gracias a sus creaciones con este ingrediente: Linares, famosa por sus naranjas y sus glorias, esos dulces de cajeta quemada que encontramos en todo el país.

Para elaborar estas delicias, en un cazo de cobre se cocina leche de cabra, azúcar, vainilla, miel de maíz, nuez pecana y un poco de bicarbonato de sodio; luego se deja enfriar y se forman pequeñas bolitas que luego se envuelven en papel celofán rojo.

Los amantes del dulce tampoco pueden ignorar las perlitas, unas glorias pequeñas cubiertas con una costra de nueces picadas; las encaneladas –rellenas de nuez y canela-; las revolcadas –bañadas de nuez-; las natillas, piloncillo de nuez y las marquetas.

En Linares, el mejor lugar para comprar dulces está en Marquetería La Guadalupana, donde, dice la leyenda, surgieron las primeras glorias. En Monterrey puedes comprarlas en el Museo del Dulce, un proyecto creado especialmente para celebrar la cultura dulce del estado.

Pan de Bustamante

El pan de este municipio localizado a unos 100 kilómetros de Monterrey es considerado patrimonio de la gastronomía del noreste de México y se elabora desde hace más de un siglo.

Lo peculiar de este pan es que la masa se fermenta con pulque y se cocina en hornos de adobe o barro con leña de nogal, el cual abunda en la región.

Para probar el sabor de este municipio con una influencia tlaxcalteca y española importante hay que pedir las semitas chorreadas –con piloncillo en la masa-, las de anís o las rellenas y adornadas con nuez; las hojarascas y las empanadas de cajeta, nuez o piña.

En Bustamante los encuentras en cualquier panadería y en Monterrey también en el Museo del Dulce.