Michoacán tiene muchas cosas que mostrarle a México y al mundo. Maridajes, catas, productos artesanales, demostraciones y varias estrellas de la gastronomía se reunieron, un año más, en la capital del estado para Morelia en Boca, festival gastronómico que en su edición 2013 congregó a estudiantes, cocineros, restaurantes y entusiastas de la buena comida mexicana del 24 al 26 de mayo.
El festival abrió de manteles largos con Carlo Petrini, fundador del movimiento internacional ‘Slow Food’ y promotor de la lucha por productos “buenos, limpios y justos”, y su homenaje a la chef Alicia Gironella De’Angeli, presidenta de ‘Slow Food’ México y cabeza del restaurante “Tajín” en la Ciudad de México, en reconocimiento a su importante labor en la difusión y salvaguardia de los valores de la cocina michoacana.
La participación de mexicanos y extranjeros en talleres, conferencias y así como demás eventos es una muestra de que la cocina mexicana convoca, y que mejor lugar para ello que Morelia, ciudad donde durante tres días, los chefs y cocineros compartieron historias y secretos.
“Mi mole de Zurumutuaro es distinto a cualquier otro; cocinamos con leña”
“Mi mole de Zurumutuaro es distinto a cualquier otro; cocinamos con leña y ese es el sabor de Michoacán mezclando chile negro, chile mulato, pasilla, cacahuate y semilla de calabaza”, cuenta Magdalena, cocinera tradicional michoacana que en la “Villa Gourmet” ofrecía tortillas recién hechas y competía triunfante con una gran variedad de productores quienes al puro estilo de una kermés mostraban sus vinos, tamales de zarzamora, maridajes de cerveza, ceviche de callo de hacha y el rey michoacano: el aguacate.
Llama la atención el menú de una de las nueve cenas–maridaje muestra como primer tiempo “El Churipo que se enamoró de la Chaya Maya”, cena donde Michoacán y Yucatán bailaron juntos de la mano de Xavier Pérez Stone, del restaurante Cocina de Autor, y de Mario Espinosa, de K’u’uk Restaurante. Churipo siendo un caldo purépecha y chaya un arbusto yucateco cuyas hojas, semillas y flores son protagonistas de la cocina de la región.
La voz de México vuelve a hacer énfasis en el producto orgánico y en el consumo local y la escucharon cientos de estudiantes atentos a los chefs, a 50 expositores, bodegas con 200 etiquetas, 16 destiladores de mezcal y muchos productores locales quienes se encontraban reunicos en el Centro Cultural Clavijero, en el corazón de Morelia, aunque también recorrió los hoteles y restaurantes de la ciudad.
Cocineras tradicionales michoacanas quienes herederas del conocimiento culinario generación tras generación
El olor del festival es característico. Los aromas de los ingredientes no sólo recorrían el ambiente, había algo cuyo olor era difícil ignorar: los sazones de familia, el de las memorias infantiles de comida y el enorme protagonismo de las cocineras tradicionales michoacanas quienes gustosas han recibido el conocimiento culinario generación tras generación.
Morelia en Boca continúa subiendo peldaños en esa escalera, como lo plasma en su propio logo, la leyenda purépecha cuenta cómo un conejo fue a dar a la luna subiendo por unos escalones de plata, y ahí se quedó. Enhorabuena.
