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El origen medieval del áspic (y una receta)

Por Animal Gourmet

Los áspic son suaves pero tienen la suficiente fuerza como para poder cortarse con cuchillo, temblorosos como una gelatina y tiernos al sentirlos en la boca y normalmente tienen dentro alimentos como carnes, vegetales o frutas que los hacen muy ricos y vistosos.

Se cree que los primeros áspic se prepararon en tierras inglesas en épocas medievales, cuando se producía un tipo de jaleas a base de productos cárnicos y pescados. El proceso comenzaba con un consomé al cual, si era de carne, se le agregaba una pezuña de ternera para poder darle la textura gelatinosa, mientras que al de pescado al ser más delicado se le agregaban los huesos del animal.

Este platillo funciona perfecto como acompañamiento, pero también puede utilizarse para recubrir una terrina o una porción de carne, aunque en este caso la textura suele ser un poco más firme. El aspic debe mantenerse siempre a temperatura baja para que no se funda, se comen fríos y normalmente acompaña al foie gras, ya que al juntarlos se hace un matrimonio perfecto.

El áspic de la abuela es una receta sencilla e ideal para empezar a adentrase al mundo de este tembloroso platillo y aquí la compartimos:

Ingredientes 

  • 1 litro de sidra
  • 1 taza de agua
  • 1 taza de agua fría
  • 1 taza de azúcar
  • 4 sobres de grenetina sin sabor

 Procedimiento

Disolver la grenetina en la taza de agua fría. Poner al fuego la otra taza de agua con el azúcar. Cuando suelte el hervor añadir la grenetina moviendo constantemente hasta que se derrita.

Sacar la grenetina del fuego y agregar la sidra. Vaciar el contenido en un molde no muy hondo, dejar reposar para que la espuma desaparezca y refrigerar hasta que cuaje.

Cortar el aspic en cuadritos chiquitos y uniformes y servir como acompañamiento para terrinas y foie gras.