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La casa de los espíritus, la dictadura y los vinos chilenos

Hace aproximadamente 20 años los supermercados mexicanos se comenzaron a llenar de vinos de calidad producidos en Chile que se vendían (y se siguen vendiendo) a un precio muy accesible. Así los vinos chilenos se convirtieron en los favoritos del público mexicano que los bebían en comidas y reuniones de todo tipo.

Un factor determinante fue que las comunidades de exiliados chilenos, argentinos y uruguayos —que llegaron a nuestro país después de los terribles golpes de Estado que sufrieron— acogieron con entusiasmo sus vinos y nos enseñaron a disfrutar esta bebida y sus deliciosas especialidades culinarias como el asado, las empanadas, la ensalada, las pastas y los alfajores.

¿Cuál es la historia detrás de esas botellas de vino? ¿Está relacionada con la trágica politica chilena? Al parecer sí y eso lo podemos apreciar en la película La casa de los espíritus (Bille August, 1993) inspirada en la novela homónima de la escritora Isabel Allende.

Todo comienza cuando un joven de familia modesta se enamora de la bella hija de un político liberal. Su deseo es casarse con ella por lo que pone todo su empeño en construir una riqueza que lo haga merecedor de su dama. Así, prueba suerte en una mina de oro de la que consigue extraer unas pepitas que se convertirán en su capital semilla para construir un importante emporio agrícola en Las Tres Marías.

Comienza beneficiando ganado vacuno, y con el paso del tiempo y el trabajo constante tendrá huertas y viñedos florecientes. Aprovechando la latitud sur de su ubicación, donde las estaciones del año están invertidas, logrará colocar sus vinos en el mercado internacional con seis meses de anticipación a los productores europeos, logrando así un buen negocio.

Pero la historia de amor caballeresco sufre un vuelco: en una comida para celebrar la candidatura del padre, la doncella muere envenenada al beber una copa de licor destinada a matar a su progenitor. A partir de entonces Esteban Trueba volcará toda su frustración a ensanchar la prosperidad de su hacienda —momento que coincide con la prohibición del gobierno chileno para plantar nuevos viñedos en 1938—, con lo que las fincas consolidadas aseguraron el monopolio de la producción de vino por varias décadas y por lo mismo el empoderamiento de una clase social extremadamente conservadora.

Pero Estaban encuentra nuevamente el amor en Clara, la hermana menor de su difunta novia, quien tiene poderes psiquicos y adivina las intenciones del hombre que sería su esposo. Su vida conyugal transcurre en Las Tres Marías en donde crían a su pequeña hija rodeada de la belleza y abundancia del valle central que les suministra todos los lujos posibles y deseables.

Pero el idilio se rompe cuando la conciencia social irrumpe de la mano de Antonio Banderas quien caracteriza a Pedro, el hijo del fiel capataz de la finca y quien tiene una relación amorosa con la hija del patrón, quien azusa la rebelión de los campesinos oprimidos de la finca. Esto va a poner en peligro el mundo que Esteban Trueba había construido durante toda su vida, así que su reacción será violenta en extremo, afectando incluso a sus seres queridos y en el afán por conservar su entorno entra en la política de la mano del Partido Conservador.

El Frente Popular gana las elecciones encabezando así el primer gobierno de izquierda de Chile, el cuál será boicoteado por la clase dominante hasta conseguir su derrocamiento por un brutal golpe militar en el que moriría el presidente Salvador Allende.

Pero ese mundo protegido y contenido que Esteban Trueba intentó preservar estaba destinado a perecer. En 1974 se levantó la prohibición de plantar nuevos viñedos en Chile y algunas bodegas consolidadas de Europa como la casa Miguel Torres de España invirtieron en viñedos nuevos en las zonas vinícolas chilenas, a las que se sumaron otros jugadores locales para crear los vinos de exportación que todos conocemos y disfrutamos. Hace 10 años las exportaciones de vino de una de las casas más famosas al Reino Unido superaban las 3 millones 500 mil botellas.

¿Quieren viajar a por los viñedos chilenos través del cine? ¿Quieren probar los magníficos vinos de la casa Viu Manent y comer empanadas, asado de tira a la olla, delicias de salmón y unos alfajores chilenos? Pues los espero en nuestro festival Los viñedos de película este jueves 21 de mayo en el restaurante El Jolgorio Cibeles ahora con dos horarios: 12:00 y 20:00 horas. ¿Brunch o cena? Ustedes decidan.

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