Quienes aman la comida saben que un plato bien ejecutado e impregnado de la esencia del cocinero puede ser una obra de arte, y para muestra, el expresionismo gastronómico de la chef Martha Ortiz Chapa.
La cocina de la chef propietaria de Dulce Patria -restaurante que ocupa el puesto 49 de la lista de los 50 Mejores Restaurantes de Latinoamérica de S. Pellegrino- se ha caracterizado desde sus inicios por plasmar en sus creaciones las pasiones que motivan su vida. El amor, el placer, el deseo y la fuerza femenina son algunos de los impulsos presentes en las preparaciones de Martha.
En esta ocasión, su restaurante sorprende con “M, Pintado de negro”, un menú que recopila ingredientes de color negro, la festividad de Día de Muertos y la inspiración que surge del trabajo de Jackson Pollock -uno de los grandes representantes del expresionismo abstracto- para ofrecer al comensal una experiencia gastronómica fuera de serie.
De esta forma, el Taller de Artistas de Dulce Patria -del que, en palabras de la chef, “ella solo es curadora”-, combina elementos como el huitlacoche, el cacao, el maíz negro, el chichilo negro y el café para mostrarnos que en la cocina cada ingrediente puede tener distintos significados, pero sobre todo, que en los fogones también se hace arte.
Ribeye con chichilo negro, claroscuro de chinchayote, elote tostado y rayadura de limón. // Foto: Mariana Toledano.
Una de las creencias de la chef Martha Ortiz es que los colores de los alimentos tienen sabores distintos. Por ejemplo, el color rojo nos sabe a deseo, a pasión y fuerza; el blanco a tranquilidad y calma que en cualquier momento puede transformarse en violencia y el negro a elegancia, fuerza, poder y complejidad.
Tamal grafito de amaranto con pato, salsa de chiltomate y queso crema de rancho. // Foto: Mariana Toledano.
“M, Pintado de negro” es un menú de seis tiempos que integra platos como arroz cremoso de huitlacoche, tamal grafito con pato y un helado de mole negro sin precedentes. La experiencia culmina con café herbal pictórico que engalana los sentidos. Por supuesto, no puede faltar su postre “María va..” que en esta ocasión se dirige al Mictlán, camino de los muertos.
Helado de mole negro con escultura caprichosa. // Foto: Mariana Toledano.
Cuando la comida es deliciosa, se disfruta, pero cuando además alimenta el espíritu e invita a pensar, la experiencia es aún más enriquecedora.
Negro, pictórico, hermoso, mexicano y delicioso. Así es como en Dulce Patria se describe esta obra de Expresionismo Gastronómico, una colección de color negro que conjunta cocina tradicional con la innovación que caracteriza a Martha Ortiz y que, sin duda, merece la pena probar. Apresúrate, tienes hasta este domingo 13 de diciembre para saborearlo.
