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Y el aceite se convertirá en jabón

Por Mariana Toledano

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Todo aquel que cocina habitualmente habrá tenido alguna vez este dilema: ¿qué hacer con el aceite usado de las comidas? Algunos lo reciclan y otros lo hacen desaparecer directamente por el desagüe. Pero, ¿sabías que por cada litro de aceite que se tira se contaminan 1.000 litros de agua? Consciente de este problema, una joven argentina ha buscado una solución: transformar el aceite en jabón biodegradable. En realidad esto no es algo nuevo ni innovador, nuestras abuelas lo han hecho toda la vida. Pero Analía Blanco, estudiante de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Valencia, ha creado la Fábrica de jabón, un pequeño electrodoméstico sostenible que mecaniza este proceso artesanal.

Tras dos años de duro trabajo Analía consiguió crear el pequeño aparato que permite la fabricación del jabón. La receta tradicional dice que por cada litro de aceite usado (y filtrado) se añade un litro de agua y 160 gramos de sosa cáustica. La“Fábrica de jabón mejora y optimiza el proceso ya que con la mitad de estas cantidades se obtienen 10 pastillas de jabón. Sólo hay que verter los ingredientes en la máquina, ponerla en funcionamiento durante 20 minutos para que se remueva la masa y, finalmente, dejar reposar el jabón 48 horas. Pasado ese tiempo se saca del molde, se deja madurar durante dos semanas y ya podemos empezar a utilizar nuestro jabón casero. Si se ralla, vale para la lavadora o para disolver en el cubo de fregar.

Este video lo explica muy bien:

No sólo estaremos reciclando, sino que además nos ahorraremos dinero: si para hacer una colada hacen falta 80 gramos de jabón industrial, sólo necesitaremos 20 del casero. Tal y como dice la inventora, cada lavadora completa será 26 veces más barata: mientras el jabón comercial cuesta aproximadamente 0,21 euros por lavadora, con el propio sólo nos estaremos gastando 0,008 euros.

Basada en la industrialización de un proceso artesanal, además de la contaminación del agua, esta máquina soluciona el problema del almacenaje de estos residuos para luego tener que llevarlos a un punto limpio. Si tuviéramos una Fábrica de jabón en casa, al terminar de cocinar, podríamos verter el aceite directamente en la máquina y hacer nuestro propio jabón. Es un invento con un gran impacto positivo, como los proyectos presentados a La Destilería de Start Ups puesta en marcha por ron Ritual.

Dado el gran potencial de esta idea, y a pesar de no haber pasado de su prototipo, Analía ganó el Concurso Internacional de Diseño James Dyson. Esto supuso un espaldarazo para la inventora que se embarcó en una potente campaña crowdfunding para conseguir el capital necesario para industrializar el proceso de fabricación. El objetivo se fijó en los 155.000 euros, necesarios para comercializar de forma masiva este electrodoméstico. Centenares de personas pagaron por adelantado los 99 euros que costaba el electrodoméstico, pero no fue suficiente y la campaña se cerró sin alcanzar su objetivo.

Lejos de arredrarse, Analía se mantiene optimista. “Continuamos con la idea, sabemos que es buena y tiene futuro; solo esperamos la oportunidad para financiarla. Seguimos trabajando”, enfatiza.