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El pan Ezequiel, uno de los más saludables en el mercado

Por Animal Gourmet

Pobre pan, siempre considerado un sacrificio cuando de dietas restrictivas se trata, esas que hablan de raciones, más no de calidad. No más con el pan Ezequiel.

En contraste con la mayoría de los panes que encontramos en cualquier supermercado, que consisten principalmente en trigo refinado o trigo integral pulverizado, el pan Ezequiel está elaborado con diferentes tipos de granos y leguminosas. Se cultivan orgánicamente y se les permite brotar antes de ser procesados, mezclados y cocidos para producir el producto final.

Si cada vez que compras pan en el supermercado te quedas indeciso frente a los anaqueles de pan comercial, el pan Ezequiel es uno de los buenos.

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Lo que sucede con el pan comercial es que durante el procesamiento de los granos se elimina la fuente de ácidos grasos, vitaminas, minerales y fibra que se encuentra en el germen. Para muchos panes que se hacen llamar integrales sucede lo mismo pero en un porcentaje menor que al de un pan blanco.

La harina refinada se conserva durante más tiempo, por ello es conveniente para la industria alimentaria.

No es pan “light”

Erróneamente el pan Ezequiel se ha dado a conocer como un pan “light” o un pan saludable por tener menos calorías que otros. Sí, es cierto, y también le agradecemos que no tenga azúcares añadidos, sin embargo, la cantidad de calorías es lo de menos.

La cualidad relevante del pan Ezequiel es que gracias a su proceso de germinación aumenta las cualidades nutritivas de los granos. Un ejemplo: el porcentaje de proteína es mayor como resultado de la pérdida de materia seca durante la germinación, contiene hasta los 9 aminoácidos esenciales que necesita el organismo.

El proceso empieza hasta que los granos enteros comiencen a brotar. En ese momento, las enzimas del grano comienzan el proceso de romper proteínas y carbohidratos, esto libera nutrientes que se absorben de inmediato a diferencia de la mayoría de los panes comerciales que pierden sus nutrientes en el proceso de digestión.

Además, este procedimiento reduce la cantidad de gluten para aquellas personas sensibles a esta proteína – sensibles mas no celiacas- , logrando que su consumo sea más fácil de digerir y que los nutrientes en el pan sean más accesibles para el cuerpo,

Otros beneficios

  • La mayoría de los ingredientes son certificados orgánicos.
  • Utilizan granos germinados.
  • Los productos son certificados kosher.
  • No utilizan ningún organismo genéticamente modificado (OGM).
  • No utilizan nada artificial – sin conservadores, mantecas o azúcares refinados.
  • Utilizan un proceso único de cocción lenta para preservar los beneficios de fibra natural y salvado de granos.

Food For Life, la empresa que creó el pan Ezequiel, tiene una inclinación espiritual en la cual explica que sus panes y otros productos están inspirados en las escrituras bíblicas. Ezequiel 04:9, el famoso pan de grano germinado, se basa en el verso bíblico mencionado. “Toma también el trigo y la cebada y las habas y las lentejas. Y el mijo y el centeno y ponlos en un recipiente y crea pan de la misma.”

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Aunque Food For Life creó este tipo de pan, en realidad ya lo puedes encontrar bajo otras marcas e incluso en panaderías artesanales. 

Un regalo, hacerlo tú mismo con esta receta:

pan Ezequiel

Ingredientes:

  • 250 gr de trigo
  • 2 cucharaditas de curry
  • 250 gramos de semillas de lino crudo
  • 125 gramos de pasas o dátiles sin hueso
  • 250 gr de semillas de girasol crudas
  • 1 cucharadita de cebolla deshidratada o en polvo
  • 1 pizca de orégano
  • 1 cucharada de albahaca
  • 5 cucharadas de aceite de oliva
  • 4 gramos de sal marina

Lo primero que debes hacer es germinar el trigo. Coloca las semillas en un recipiente y cúbrelas con agua por una noche entera; a la mañana siguiente escurre y tira el agua. Pásalas a un frasco de cristal — de tamaño suficiente para contener cuatro veces más la cantidad de semillas —, coloca una rejilla, un pedazo de tela (como manta de cielo) en la boca del frasco, sujétala con una liga. Riega en la mañana y en la noche, colocando el frasco siempre boca abajo para que escurra el agua. Este proceso dura 2 días, hasta obtener los brotes del trigo.

La última noche del germinado, un día antes de la mezcla final, coloca en remojo las semillas de girasol  y las semillas de lino. Así obtendrás el mucílago, un gel que envuelve a estas semillas y que sirve como una especie de “pegamento” para unir el pan. También remoja las pasas o los dátiles, para rehidratar, activar y suavizar los frutos.

Una vez que todo este remojado y haya germinado el trigo, se coloca todos estos ingredientes en un solo recipiente — el trigo, el lino, el girasol, las pasas (o dátiles)—. También agrega la cebolla en polvo, el orégano, la albahaca, el curry, la sal marina y el aceite de oliva. Si gustas hasta puedes pasarlo todo por un procesador de alimento, para moler e integrar los ingredientes.

Remueve muy bien toda la mezcla y deja reposar por una hora, para que se integren los sabores y las texturas. Después de esto, pasa la pasta a una charola para hornear, extiéndela en el grosor de preferencia — puede ser extendido y delgado, como una tostada o totopo, en forma de pan de molde.

Para deshidratar el pan hay 3 opciones distintas:

1. Al sol, si vives en un lugar con clima cálido

2. Con un deshidratador, si tienes a la mano

3. En un horno convencional a 45°C de temperatura y la puerta abierta para que libere la humedad. El tiempo de deshidratación va de 6 a 12 horas, dependiendo el método y el gusto de cada quien — se recomienda dar la vuelta el pan, para que se seque parejo de ambos lados. Cuando llegues al punto deseado, saca el pan y córtalo con la forma y el tamaño que desees. Guarda en un lugar fresco y seco.

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