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Londres intenta utilizar café como fuente de energía para los autobuses

Por Animal Gourmet

Londres — Era parte del paisaje en tiempos mucho más antiguos: un autobús rojo de dos pisos recorriendo las calles de Londres cubierto en una nube de smog creada por sus propios gases de escape.

Tal fue la fama del vehículo que un dúo musical popular en las décadas de 1950 y 1960, Flanders y Swann, compusieron un elogio irónico para el “ómnibus de 97 caballos de fuerza con motor diesel de Londres”. Llamaron a su canción “El Transporte del Deleite“.

Sin embargo, los 9 mil 500 autobuses de la ciudad,  — que  todavía siguen pintados de rojo —, pidieron una historia más fresca.

Aunque las nubes de smog se han dispersado, Londres continua ahogándose con la fuerte contaminación. Esperando frenar los gases tóxicos del diesel, los funcionarios de transporte y las empresas están buscando nuevas fuentes de energía para los autobuses.

¿La última opición? Granos de café.

En un debut que provocó algo de revuelo, una compañía llamada Bio-bean, en asociación con el gigante petrolero Royal Dutch Shell, introdujo cantidades relativamente pequeñas de petróleo producido a partir de granos de café dentro de la mezcla de diesel y biocombustibles exigidos por las autoridades de la ciudad.

El primer lote de 6.000 litros -alrededor de 1.580 galones-, alimentaría un autobús durante un año, dijo Bio-bean en un comunicado de prensa. Según cifras oficiales de 2015, los autobuses de Londres utilizan 240 millones de litros de combustible diesel al año.

Dada la pequeña proporción de aceite a base de café en el combustible, no hubo una indicación empírica inmediata de que el olor desagradable del aire del centro de Londres se convirtiera en el atractivo aroma de un café romano o incluso un de un café de Starbucks. El aceite de café tiene un fuerte olor a café, dijo Bio-bean, “pero una vez que se procesa, se destila y se mezcla con diesel mineral, ese olor se elimina”.

A pesar de su tradición por beber té, los londinenses beben un promedio de 2 a 3 tazas de café al día, produciendo alrededor de 200,000 toneladas de deshechos de café, según el comunicado de prensa. Bio-bean recoge los desechos de las cafeterías y fábricas y procesa sus residuos en aceite.

“Es un gran ejemplo de lo que se puede hacer cuando comenzamos a ver los residuos como una fuente no explotada”, dijo Arthur Kay, fundador de la compañía.

En la actualidad, según Transport for London , que opera el sistema de transporte público de Londres, las autoridades de la ciudad quieren asegurarse de que cada vez más autobuses se alimenten con una mezcla de diesel y biocombustibles fabricados con productos como aceite de cocina y sebo de animales provenientes de las compañías procesadoras de carne.

Además, más de una sexta parte de la flota de autobuses funciona con motores híbridos, y esa proporción crecerá. Las autoridades también quieren que 300 autobuses funcionen con electricidad o hidrógeno, evitando emitir gases contaminantes, dijo Transport for London.

Durante años, las autoridades británicas ofrecieron impuestos vehiculares más bajos a los automovilistas que usaron motores diesel de bajas emisiones de carbono. Pero en los últimos años, Londres y muchas otras capitales europeas se han alarmado por las concentraciones de óxidos de nitrógeno dañinos en el aire de la ciudad.  El rechazo contra el diesel ha crecido con el escándalo sobre los supuestos esfuerzos de varios fabricantes de autos importantes –Volkswagen en particular- , para evitar los controles de emisiones.

“Tenemos una crisis de salud en Londres causada directamente por el aire contaminado”, dijo el alcalde Sadiq Khan . “A grandes rasgos, más de 9,000 londinenses mueren prematuramente debido a la mala calidad del aire”.

Sus comentarios se hicieron cuando las autoridades introdujeron un cargo para las personas que conducen hacia el centro de la ciudad en vehículos impulsados ​​por motores que no cumplen con los últimos estándares de emisiones de la Unión Europea, por lo general modelos más antiguos motorizados ​​por diesel.

La llamada “carga T”, es decir, Cargo por Toxicidad, es de 10 libras, aproximadamente $13 dolares por día, además de la llamada tasa de congestión impuesta a los conductores desde 2003, que ahora es de £ 11.50 euros por día, de lunes a viernes.

Esto ha traído costos potenciales para un viaje de lunes a viernes en el centro de la ciudad de £21.50 euros, más o menos el costo de un latte o de un espresso doble.

Lee la historia original en inglés en The New York Times