Todas las pistas sobre el origen de los cítricos conducen a las estribaciones del Himalaya, según revela un reciente estudio de ADN.
En esa zona aparecieron hace unos 8 millones de años los primeros árbolesde citrusque después se expandieron por el mundo.
Esas plantas luego dieron vida a las frutas que comemos hoy, desde naranjas dulces hasta limones.
Los citrus figuran entre las especies más cultivadas en el mundo, pero poco se ha sabido de su origen.
Para conocer de dónde vienen esas plantas, científicos de Estados Unidos y España analizaron el genoma de más 50 variantes de frutas cítricas desde mandarinas chinas hasta naranjas de Sevilla.
El estudio publicado en la revista Nature indica que los modernos citrus derivan de diversas especies halladas en una región que incluye el este de Assam (India), el norte de Myanmar y el oeste de Yunnan (China).
Cuando el clima cambió hace millones de años, debilitando la fuerza de los vientos y secando el ambiente, las plantas pudieron expandirse fuera del Himalaya, a través del sudeste asiático.
Desde allí, se extendieron al resto del mundo incluyendo a Australia hace unos 4 millones de años.
El estudio muestra que los cítricos de hoy son el resultado de millones de años de evolución, seguidos por miles de años de cultivo humano.
Los mapas genéticos de las distintas variantes de citrus de hoy pueden ayudar a los científicos a descubrir qué frutas pueden resistir las plagas.
La información recogida es también promisoria sobre las posibilidades de desarrollar nuevos sabores o variantes más agradables al paladar humano.
“Entender la diversidad de las especies y sus relaciones genéticas es el primer paso hacia la producción de nuevas variantes de cítricos con diferentes sabores y resistencia a las enfermedades“, explicó Guohong Albert Wu, investigador del Departamento de Energía del Instituto Conjunto del Genoma de Estados Unidos.
Al referirse al estudio, la doctora Illia Leitch del Laboratorio Jodrell del Jardín Botánico Real Kew, en Londres, dijo que esta investigación puede conducir a una mejora en los sabores.
“Este trabajo muestra cómo las frutas que consumimos han tenido una complicada historia que incluye migraciones, entrecruzamientos e intercambios de ADN”, afirmó.
“Un mayor entendimiento puede ayudar a futuros programas de producción a enfrentar desafíos tales como el cambio climático y las plagas, así como dotar a las frutas de características deseables por parte de los consumidores”, agregó.