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La Dulcería de Celaya, 146 años de tradición en la Ciudad de México

Por Érika Choperena

El número 39 de la avenida 5 de mayo en el Centro Histórico de la Ciudad de México resguarda uno de los espacios más emblemáticos del país, la Dulcería de Celaya; un negocio fundado en el año 1874 y que ha sobrevivido al paso de tres siglos distintos.

Sus paredes con un diseño considerado como art nouveau ofrece a los visitantes una variedad de más de 140 dulces hechos artesanalmente y con ingredientes de primera calidad.

En la Dulcería de Celaya convergen sabores de todo el país, desde los norteños como los de dulce de leche, los del Bajío como el queso de tuna y los del sur como las roscas de yema.

Aquí podrás encontrar limones rellenos de coco, turrón de nuez o almendra, manzanitas de guayaba, ciruelas pasas rellenas de pasta de nuez, jamoncillo envinado, de leche quemada o leche natural, rosquillas de yema, doraditas de higo, encanelados, trufas de cocoa, glorias con su propio estilo: cubiertas de almendra molida, cremas de menta, camotes, polvorones, puerquitos, buñuelos y hasta rompope que le hace honor a Don Alfredo, uno de sus fundadores.

Los fundadores

La familia Guízar en específico los hermanos Alfredo y Luis fueron los fundadores de la Dulcería de Celaya; su primera ubicación fue sobre la calle de Plateros, que hoy conocemos como una de las venas más importantes para entrar al Zócalo capitalino. 

Estaban ubicados a un lado del antiguo café La Concordia, uno de los lugares más exclusivos en la época del porfiriato en donde poetas e intelectuales se daban cita. Hoy en día en ambas ubicaciones podemos encontrar tiendas de ropa, y joyerías.

A inicios del siglo XX, en 1904, Porfirio Díaz decidió ampliar la avenida 5 de mayo y demoler el Gran Teatro Nacional que remataba a la altura de Bolívar. Después de esto, los hermanos Guízar decidieron aprovechar y mudarse de ubicación a la que conocemos actualmente.

En sus inicios los dulces eran traídos a la ciudad de todos los rincones del país; sin embargo, al crecer la demanda, los dueños decidieron comprar las recetas originales de sus proveedores con la intención de elaborarlos ellos mismos. 

No olvidemos que muchos de ellos tuvieron su origen en los conventos, incluido el rompope que también podemos encontrar en este local del Centro Histórico.

A partir de aquí instalaron una pequeña fábrica en el sótano de su casa y poco a poco se hicieron de los instrumentos adecuados como ollas de cobre, palas de madera y hasta un horno. Su producción era realmente pequeña, según los datos de su página oficial apenas y producían una charola diaria.

En 1934 la familia decidió abrir una sucursal en la colonia Roma, en la calle de Orizaba; hasta la fecha ambas tiendas siguen dando servicio. Este es un lugar de encuentro intergeneracional y también de diversas nacionalidades.

La Dulcería de Celaya se encuentra en guías turísticas italianas y de todo el mundo, por eso no es ninguna sorpresa que los extranjeros la visiten principalmente los del país de la bota.

Dulcería de Celaya… y del norte, centro y sur del país

De acuerdo con el gerente de la dulcería, Don Jorge, entre los más de 140 dulces que ofrecen los más socorridos son los que incluyen leche entre sus ingredientes seguidos por las cocadas, camotes y frutas cubiertas.

Los precios varían dependiendo del tipo de dulce, pero no podemos negar que son bastante económicos. Puedes encontrar desde un chicloso de guayaba hasta un jamoncillo de piñón. Doraditas de higo, aleluyas y suspiros, ninguno por más de 30 pesos.

Estas paredes llenas de espejos con detalles dorados resguardan los huevos reales, un dulce que según cuenta la historia estaban incluidos en los menús de los virreyes de la Nueva España. Este dulce consiste en un pan de yema de huevo con canela y miel envinada.

Tampoco nos podemos olvidar de los limones con coco que causan gran sorpresa principalmente ante los turistas italianos; se maravillan al saber que la cáscara de este fruto está preparada de tal forma que es posible comerlo completo.

A diferencia de los extranjeros, a los mexicanos pocos dulces les causan curiosidad. La combinación de sabores muchas veces es tan común que lo consideran como parte de lo normal. 

Tomar el consumo de dulces típicos como tradición no es algo nuevo; desde el siglo XIX el consumo de estos se consideró incluso como parte de la cena. Hoy la historia es diferente; si bien estos eran elaborados con ingredientes naturales, ya podemos encontrar un gran abanico de posibilidades que incluyen opciones procesadas, con sabores e ingredientes artificiales.

Si bien, Don Jorge asegura que la tradición de esta dulcería está en la calidad de sus ingredientes, expertos mencionan que también se debe a las prácticas heredadas en dos sentidos. Por un lado la elaboración artesanal por parte de los confiteros y por otro el hecho de visitar este recinto dulce generación tras generación.

Actualmente los horarios dependen de las actividades del Centro Histórico. Sin embargo, para dudas acerca de los días puedes consultar sus redes sociales y página oficial. Si tienes antojo haz tu pedido por medio de aplicaciones de delivery y por mensaje.

Dirección: Avenida 5 de mayo #39, Centro Histórico y Orizaba #37, Roma Norte.

Facebook: dulceríadeCelaya.

WhatsApp: 5572703765