Muchos son los organismos que premian la excelencia en los restaurantes para darles visibilidad a nivel mundial. The American Academy of Hospitality Sciences es uno de ellos y acaba de otorgar su máximo galardón -llamado Six Star Diamond Award- a Ryoshi en la Ciudad de México y Cuerno, en Monterrey.
Este reconocimiento es uno de los más importantes distintivos de calidad en la industria de la hospitalidad; los votantes visitan millares de establecimientos al año para encontrar aquellos cuyo servicio, comida, ingredientes y ambientación sean sobresalientes.
La Academia Americana de Ciencias de la Hospitalidad otorga diferentes reconocimientos a hoteles, restaurantes, experiencias y destinos turÃsticos de acuerdo con su calidad y lujo.
Este organismo fue fundado en 1949 por un grupo de personalidades entre las que resaltan Frank Sinatra y Joseph D. Cinque, quien actualmente la dirige. En la Academia existen diferentes figuras que califican y visitan los sitios de forma incógnita para reconocerlos imparcialmente.
Son tres categorÃas: Star Diamond Award, Five Star Diamond Award y el más alto: Six Star Diamond Award. Estos últimos son casos contados de excelencia en la hospitalidad y México obtuvo los primeros dos con restaurantes del Grupo Costeño.
En Ryoshi la cocina japonesa impera. Aunque el menú muestra algo de fusión con tradiciones mexicanas -como los esquites o el uso de ingredientes locales- es un sitio que se ha posicionado como un excelente hotspot donde los nigiris y los rollos son excepcionalmente buenos por la alta calidad de la materia prima.
Es un lugar al que, cada martes se puede ir a aprender sobre el ronqueo del atún y de paso disfrutar algún plato con lo más fresco del mar.
Cuerno, por su parte, es un restaurante de comida norestense donde los cortes de carne brillan con todo su esplendor: no hay forma de dejar pasar un Tomahawk o un Rib Eye cocinado al punto. Aunque el reconocimiento llegó para la sucursal de Monterrey, también encuentras uno en la Ciudad de México.
Cuando visites cualquiera de las dos sedes asegúrate de ir con hambre y dejar un hueco para los postres; ¡son gigantes y espectaculares!