Tacos, tostadas, ceviche, mole, chiles… la lista de platillos de la gastronomía mexicana es muy extensa, por lo que encontrar la bebida perfecta (y fuera de lo común) para acompañarlos no tendría que ser un dolor cabeza. Aquí te dejamos una guía de maridaje de vinos con comida mexicana.

Maridaje de vinos con comida mexicana: una guía para principiantes

Elegir qué vinos y uvas son ideales para acompañar comida mexicana no tiene que ser un infierno, recuerda que depende de la complejidad, los ingredientes y los acompañamientos de cada platillo / Foto: Shutterstock

La cocina mexicana, reconocida por su riqueza de sabores, texturas y colores, ha conquistado el paladar mundial. Sin embargo, muchos aún desconocen que el vino es un gran compañero para esos platillos cargados de sabor y que tiene la capacidad de enriquecer, aún más, la experiencia culinaria a la mesa. El secreto es simple: hay que equilibrar los sabores intensos, especias y salsas con la estructura, acidez y cuerpo del vino adecuado. Aquí tienes una guía con uvas mexicanas y extranjeras, para que elijas la que más te guste.

Enchiladas rojas

Maridaje con vino nacional: Tinto Nebbiolo (Valle de Guadalupe, Baja California)

Maridaje con vino internacional: Tinto Rioja Crianza (España)

• Las enchiladas rojas tienen un sabor intenso por el chile seco y la acidez del tomate. Nebbiolo y Rioja Crianza, ambos con taninos marcados, acidez presente y notas especiadas, logran un equilibrio de potencia con el platillo, sin quedar opacados ni opacar.
• La acidez en ambos vinos refresca el paladar tras la grasa del relleno o el queso.
• El toque de barrica y envejecimiento en ambos vinos aporta notas terciarias (cuero, tabaco, especias) que dialogan con los sabores de la salsa.

Tamales

Maridaje con vino nacional: Blanco Blend de Chardonnay (Valle de Parras, Coahuila)

Maridaje con vino internacional: Blanco Soave Classico (Italia)

• El maíz de la masa de los tamales y el relleno graso (pollo, cerdo o rajas con queso), requieren vinos con buena acidez y cuerpo medio.
• El Chardonnay de Valle de Parras suele tener una acidez marcada y notas tropicales o de manzana, lo que resalta la dulzura natural del maíz y se complementa con salsas suaves o cremosas.
• El Soave Classico (hecho con Garganega) es sutil, con perfil floral y de almendra, ideal para no sobrecargar la delicadeza del tamal, mientras mantiene estructura.

Carne asada

Maridaje con vino nacional: Tinto Tempranillo (Guanajuato, Guanajuato) 

Maridaje con vino internacional: Tinto Malbec (Mendoza, Argentina)

• La carne asada tiene notas ahumadas, grasosas y umami, que necesitan vinos con taninos firmes y cuerpo.
• Los Tempranillos del Bajío, aunque menos potentes que uno de Rioja, conserva un perfil especiado y buena acidez que armoniza con marinados.
• El Malbec argentino, especialmente de Mendoza, con su fruta negra madura, taninos suaves y notas de barrica, envuelve la carne sin opacarla y refuerza su carácter umami.

Tacos de pescado

Como todo buen producto de mar, los tacos de pescado buscan perfiles de uvas y vinos que resalten sus sabores / Foto: Shutterstock

Maridaje con vino nacional: Blanco Chardonnay (Valle de Guadalupe, Baja California)

Maridaje con vino internacional: Rosado Cerasuolo d’Abruzzo (Montepulciano, Italia)

• El taco de pescado, si es capeado o a la plancha, necesita frescura y vivacidad.
• Los Chardonnay de Baja California suelen tener un perfil cítrico, herbáceo y mineral, ideal para limpiar la grasa y potenciar los sabores marinos.
• Cerasuolo d’Abruzzo es un rosado con cuerpo medio y fruta roja fresca, ofrece una alternativa con más peso, ideal si el taco lleva salsas de chipotle o crema.

Tacos al pastor

Maridaje con vino nacional: Anaranjado Riesling y Palomino (Valle de Parras, Coahuila)

Maridaje con vino internacional: Blanco Chardonnay, Pinot Noir y Pinor Meunier (Tasmania, Australia)

• Los reyes de las taquerías chilangas se caracterizan por ser especiados, además de que se complementan con limón y salsas, que los vuelve platillos con cierta complejidad , por ello se recomiendan vinos naranjas o blancos, y hasta algún espumoso que los complemente.
• El vino naranja mexicano, fermentado con pieles, aporta taninos sutiles, cuerpo y notas oxidativas que resisten y complementan la intensidad del pastor.
• El blend de Tasmania, con acidez vibrante, frescura y notas cítricas, armoniza con la piña y refresca el paladar tras cada mordida al taquito con su achiote.

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Quesadillas

Hasta los platillos que parecen más sencillos pueden enaltecerse con vino, un buen ejemplo son las quesadillas / Foto: Shutterstock

Maridaje con vino nacional: Blanco Pet Nat  (Valle de Guadalupe, Baja California)

Maridaje con vino internacional: Blanco Corpinnat Cava (Cataluña, España)

• Las quesadillas, con su grasa láctea y textura fundente, necesitan un vino que limpie y refresque, como los espumosos.
• El Corpinnat (versión premium del Cava) y el Pet Nat tienen burbujas que cortan la untuosidad del queso y reactivan el paladar.
• Además, el toque oxidativo y rústico del Pet Nat puede aportar una capa adicional de complejidad que se lleva bien con quesos más maduros o si se te pasa de doradita la quesadilla.

Guacamole

Maridaje con vino nacional: Blanco Sauvignon blanc (Valle de Guadalupe, Baja California)

Maridaje con vino internacional: Rosado Txakoli (País Vasco)

• El guacamole es cremoso, graso y tiene notas de limón, cebolla y chile. El Txakoli es ligeramente efervescente y muy ácido, lo cual lo hacen ideal para romper la grasa del aguacate y realzar la frescura del platillo.
• El Sauvignon Blanc del Valle de Guadalupe, con perfil herbáceo, cítrico y mineral, refuerza los elementos verdes del guacamole (cilantro, chile, limón).

Huevos rancheros

Maridaje con vino nacional: Rosado Grenache (Colón, Querétaro)

Maridaje con vino internacional: Côtes du Rhône (Francia)

• Este platillo tiene salsa de jitomate, huevo frito y a veces frijoles o chorizo, que le dan una intensidad media-alta, que van de maravilla con un rosado seco, que resalte el tomate y equilibre el picante.
• El Côtes du Rhône y el Grenache mexicano tienen taninos suaves, acidez suficiente y notas de frutos rojos y especias, lo que armoniza con el tomate y resiste la grasa del huevo.
• El cuerpo medio ayudará a limpiar el paladar sin opacar este desayuno de campeones.

Ceviche

Maridaje con vino nacional: Rosado Zinfandel (Valle de Parras, Coahuila)

Maridaje con vino internacional: Blanco Assyrtiko (Santorini, Grecia)

• Los ceviches requieren vinos blancos o rosados con buena acidez para cortar la grasa del pescado y acompañar los cítricos.
• Tanto Zinfandel como Assyrtiko vinos tienen perfiles minerales y notas salinas o de frutas blancas, que complementan los ingredientes del ceviche sin competir con ellos.
• El contraste entre la textura sedosa del vino y la frescura del plato amplifica la sensación de limpieza y frescor.

Churros

Maridaje con vino nacional: Rosado Moscatel (Dolores Hidalgo, Guanajuato)

Maridaje con vino internacional: Banylus (Francia)

• Los churros, con su azúcar y canela, piden vinos dulces, pero con estructura.
• El Banyuls (vino fortificado del sur de Francia) tiene notas de cacao, frutos secos y caramelo, complementando perfectamente el perfil del churro.
• El Moscatel mexicano, con aromas florales y dulzura equilibrada, resalta la canela y suaviza el crujido del azúcar, sin empalagar.

Ahora que ya tienes esta guía de maridaje de vinos con comida mexicana, ¿cuál te atreverías a probar?

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