Aunque el uso de aceite de oliva casi siempre se asocia a platillos salados, te sorprenderás al incluirlo en tus postres. Te dejo una receta de pan de aceite de oliva con limón que queda con una textura húmeda y muy aromática por dentro, y una corteza crujiente y dorada por fuera.
Receta de pastel de aceite de oliva con limón
El aceite de oliva extra virgen es un componente básico de la dieta mediterránea, reconocida por sus beneficios para la salud / Foto: Shutterstock
Ingredientes:
2 tazas de harina de trigo
1 ¾ tazas de azúcar
1 ½ cucharaditas de sal
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
½ cucharadita de polvo de hornear
1 ⅓ tazas de aceite de oliva extra virgen
1 ¼ tazas de leche
3 huevos
1 ½ cucharadas de ralladura de limón eureka
¼ taza de jugo de limón
Preparación:
Precalienta el horno a 180 °C. Engrasa un molde o usa papel de hornear.
En un bol, mezcla los ingredientes secos (harina, azúcar, sal, bicarbonato y polvo para hornear).
En otro recipiente, bate el aceite de oliva, la leche, los huevos, la ralladura y el jugo de naranja, junto con el Grand Marnier. Incorpora los ingredientes secos y mezcla solo hasta integrar.
Vierte la mezcla en el molde preparado y hornea durante 1 hora, o hasta que la parte superior esté dorada y al insertar un palillo este salga limpio.
Deja enfriar el pastel sobre una rejilla durante 30 minutos.
Pasa un cuchillo por los bordes para despegarlo, inviértelo sobre la rejilla y deja que enfríe por completo, al menos 2 horas.
El aceite de oliva virgen extra contiene polifenoles y vitamina E, que son antioxidantes que protegen contra el daño celular / Foto: Shutterstock
Salud cardiovascular: el consumo de aceite de oliva favorece la salud del corazón, principalmente debido a su alto contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Estas grasas saludables ayudan a reducir los niveles de colesterol, disminuyendo así el riesgo de acumulación de placa en venas y arterias. Además, tiene propiedades antiinflamatorias.
Salud de la piel: gracias a su contenido de vitamina E y ácidos grasos, el aceite de oliva contribuye a tener una piel sana y radiante. Como antioxidante, la vitamina E incluso ha demostrado tener efectos fotoprotectores contra la radiación solar ultravioleta (UV).
Sistema inmunológico: las propiedades antiinflamatorias de las grasas mono y poliinsaturadas, combinadas con los antioxidantes naturales como la vitamina E y otros compuestos vegetales presentes en este aceite, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir enfermedades tanto agudas como crónicas. Además, estudios recientes han descubierto que el aceite de oliva mejora la microbiota intestinal, un factor clave para la salud inmunológica (y muchas otras funciones corporales).
Salud ocular: la luteína es un carotenoide (compuesto vegetal) que se ha relacionado con una mejor salud visual. Investigaciones indican que puede proteger contra diversos trastornos oculares como la degeneración macular, la miopía, las cataratas y la retinopatía diabética.
Absorción de nutrientes: favorece la absorción de ciertas vitaminas clave que necesitan grasa para ser absorbidas adecuadamente. En el caso de las vitaminas liposolubles —A, D, E y K—, consumirlas junto con aceites como el de oliva garantiza su absorción óptima, maximizando sus beneficios en el organismo.