Un restaurante en Tailandia ofrece descuentos a sus clientes, sin embargo, para obtener la oferta tienes que pasar por dos barrotes de metal estrechos, una idea que no ha sido bien recibida ya que estamos en una época en la que buscamos construir una relación sana con nuestro cuerpos.
El establecimiento en cuestión es Chiang Mai Breakfast World, que ofrece descuentos entre el 5% y el 20%, dependiendo de los barrotes por donde se acceda. El conjunto de barras con el espacio más grande simplemente dice “precio completo, lo siento”.
Muy cuestionable los descuentos de este restaurante en Tailandia/ Foto: Amonthego/Instagram
A través de redes sociales varios clientes han compartido su intento por pasar entre los barrotes más estrechos y así conseguir los descuentos. Hay quienes lo consiguen y otros muchos más que se dan por vencidos.
En este punto es importante reiterar que existen diferentes tipos de cuerpo y corporalidades y que uno no es más valioso que otro, aunque logres conseguir un descuento.
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Desafortunadamente no es la primera vez que este “gancho comercial” es utilizado por establecimientos de comida. En 2018, Zhao Lang, propietario de un restaurante en el este de China, afirmó que la campaña de promoción sirve como recordatorio para que las personas cuiden su dieta. Claro que funciona, porque toda la vida el sistema nos ha dicho que un cuerpo delgado es mejor que uno gordo.
El restaurante de la ciudad de Jinan ofrece a sus clientes comida y cerveza gratis, siempre que puedan entrar al local pasando por un espacio de tan solo 15 cm de ancho. Incluso en las imágenes se logra ver cómo a una niña de 6 años se le dificulta pasar por los barrotes.
Descuentos por ser delgado en restaurante chino/ Foto: Shutterstock
Un cartel que marca el ancho de las barras determina los diferentes tipos de descuentos. El Sr. Zhao concibió la campaña como un “desafío entretenido” y también como una advertencia para aquellos que se consideran “con sobrepeso”.
El señor Zhao dijo que la campaña de promoción atrajo a multitudes que hacían fila para realizar el “desafío de la puerta de metal”.
El tema no para aquí, se pone peor. Otro restaurante de la misma ciudad ofrecía descuentos a las mujeres que usaran faldas cortas. Los empleados medían cuánta piel se revelaba desde la rodilla hacia arriba: la clienta recibiría un descuento del 20% en la cuenta si su falda estaba 8 cm por encima de la rodilla.
Si la falda estaba 33 cm por encima de la rodilla, el cliente podía obtener un descuento del 90% de su factura.
Un cliente intenta pasar entre las barras de metal para ganar un descuento/ Foto: REX/ Shutterstock
Este tipo de prácticas gordofóbicas y misóginas deben ser cuestionadas más allá de ser tomadas como un chiste o un medio publicitario de un restaurante que se burla de los cuerpos.
La gordofobia se entiende como un sistema de opresión, que pone a las personas gordas en una situación de desventaja, injusticia y exclusión, y que se reproduce de forma sistemática y estructural.
Asimismo se indica que la obesidad es una palabra que usa la medicina para patologizar nuestra existencia cuando es sólo una corporalidad distinta y la evidencia científica señala que se puede mejorar la salud en todas las tallas.