Las vemos en torterías o en restaurantes españoles, y cuando preguntamos su precio se nos vuela la cabeza. Hoy te cuento qué son las angulas o gulas, ese manjar del mar que parece sencillo, pero es más exclusivo y caro que una renta en CDMX.
Las angulas vivas pueden valer más que el oro, literalmente. En subastas europeas llegan a precios de hasta 6 mil euros el kilo / Foto: Shutterstock
Las angulas o gulas son, ni más ni menos, que las crías del pez anguila (Anguilla anguilla). Miden apenas unos centímetros, tienen cuerpo transparente y se ven como gusanos bicolores. Se cotizan en el mundo gourmet, especialmente en España, donde suelen consumirse en Navidad. Son ricas en proteínas, ácidos grasos omega-3 (buenos para el corazón) y tienen vitaminas A, D y E.
Son especiales porque son muy escasas, ya que se capturan en su viaje desde el Atlántico hasta los ríos europeos, y pescarlas es casi tan complejo como conseguir boletos para un concierto de Bad Bunny a buen precio. Esto las convierte en un producto de lujo, que en México puede alcanzar precios de entre 10 mil y 20 mil pesos por kilo, si es que las encuentras.
Ojo que actualmente están en peligro de extinción, por lo que su consumo es reservado.
La forma clásica de prepararlas es a la Bilbaína: salteadas con ajo, aceite de oliva y una guindilla (chile seco rojo). En México, hay chefs que las combinan con ingredientes locales; desde angulas sobre tostadas de maíz azul con salsa de chapulín, hasta en sopes de huitlacoche y angulas / Foto: Shutterstock
El precio te dará idea si se trata de angulas reales o de surimi / Foto: Shutterstock
Gracias a la magia del marketing y la cocina moderna, lo que la mayoría de la gente ha probado no son angulas reales, sino surimi con forma de angula. Estas se hacen con pasta de pescado blanco y se les da la forma para que parezcan “originales”. Te darás cuenta que se trata de una imitación porque tienen precios más accesibles (unos 200-300 pesos el kilo). Y sí, son igualitas a simple vista. Es como el tequila y el “destilado de agave”: parecen lo mismo… hasta que los pruebas.
Así que ya sabes: si un día alguien te ofrece angulas, pregúntale si son las de verdad… y luego revisa tu cartera. Pero eso sí: ya sea la original o la versión “de rancho”, son una experiencia digna de contar y saborear .
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