El arroz es uno de los ingredientes básicos de cocina que nunca faltan en nuestra alacena. Aunque estamos muy acostumbrados a cocinar con arroz blanco y normal, pero los nutricionistas muchas veces recomiendan que escojamos el arroz integral por encima del regular.

La razón es muy simple: es preferible consumir arroz integral ya que contiene más fibra, más vitaminas y más minerales.

La razón por la que deberíamos escoger más granos integrales sobre los regulares

Cómo cocinar arroz integral para que no quede duro — Foto: Shutterstock

Escoger granos integrales, como el arroz integral en lugar de los refinados, como el arroz blanco, es una decisión nutricionalmente más sólida.

Al optar por el arroz integral, estarás seleccionando el grano completo, que conserva todas sus partes: el salvado, el endospermo y el germen. Estas partes contienen una riqueza de nutrientes esenciales, incluida la fibra, vitaminas y minerales.

La fibra presente en el arroz integral es fundamental para mantener una digestión saludable y proporciona una sensación de saciedad prolongada, lo que puede ser beneficioso para el control del peso.

Además, los granos integrales tienen un índice glucémico más bajo en comparación con sus homólogos refinados, lo que significa que no provocan aumentos abruptos en los niveles de azúcar en la sangre. Esta característica los convierte en una opción ideal para mantener estables los niveles de energía a lo largo del día.

Al final del día, priorizar granos integrales es opción inteligente para la salud a largo plazo, ya que proporcionará un impulso nutricional que beneficia tanto al cuerpo como a la mente.

El único ‘pero’: cocinar arroz integral es más tardado

La única “desventaja” del arroz integral es que su cocción es más lenta. Aunque preparar arroz integral suene como una tarea sencilla, puede volverse un poco más tardado, puesto que al ser más duro requiere una mayor cantidad de agua y un mayor tiempo de cocción.

Sin embargo, conociendo estos dos datos, hacerlo es tan fácil como preparar cualquier otro tipo de arroz. Principalmente porque el sabor y el valor nutricional lo compensan.

Algunos tips para hacerte la vida más fácil a la hora de cocinar arroz integral

Existen algunos tips de cocineros expertos que pueden hacer la vida más fácil a la hora de cocinar arroz integral, para evitar que quede duro y lograr que tenga esa textura que estamos esperando.

El primero es que, como lo hacemos con los garbanzos, lentejas y otras legumbres, podemos poner el arroz integral a remojar en agua durante un par de horas. Sin embargo, ten en cuenta que esto puede hacer que pierda algo de sabor y nutrientes, por lo que es opcional.

También es que sea más complicado conseguir una buena cocción del arroz integral usando el método tradicional para cocinar arroz.

La técnica que no falla es la misma que usamos para cocinar pasta: echándolo directamente en abundante agua hirviendo.

Una vez que ya estamos advertidos, no queda más que entrarle de lleno a la receta:

Cómo cocinar arroz integral

Cómo cocinar arroz integral para que no quede duro — Foto: Shutterstock

Ingredientes:

Arroz integral (la cantidad deseada, aproximadamente 200 g para 4 personas)
Agua abundante
Sal al gusto
Aceite de oliva virgen extra (opcional)

Procedimiento:

En una olla grande, preferiblemente alta, calienta abundante agua en el fuego, como si estuvieras cocinando pasta. Debes utilizar al menos seis o siete veces el volumen del arroz que vayas a cocinar. Coloca la tapa mientras se calienta para acelerar el proceso y evitar la evaporación.
Mientras tanto, coloca el arroz en un recipiente y cúbrelo con agua fría. Remueve con la mano, enjuaga, escurre y repite esta operación tres o cuatro veces más. Asegúrate de escurrir bien el arroz, desechando toda el agua.
Opcionalmente, puedes realzar el sabor tostado del arroz salteándolo en crudo durante uno o dos minutos en una sartén con un poco de aceite de oliva a fuego alto. También puedes agregar algunas especias a la sartén si lo deseas.
Una vez que el agua en la olla esté hirviendo, agrega sal al gusto y añade el arroz poco a poco solo cuando vuelva a hervir. Remueve el fondo de la olla por si algún grano se hubiera pegado. Reduce el fuego para mantener una ebullición constante pero controlada, y deja cocinar durante unos 20 minutos.
Verifica el punto del arroz; debería estar tierno pero ligeramente crujiente en el centro, similar a la pasta al dente. Si aún está crudo o muy duro, déjalo cocinar unos 2-5 minutos más. Si está listo, retira del fuego y escurre en un colador.
Remueve suavemente con una cuchara para desechar el exceso de agua. Vuelve a colocar el arroz en la olla caliente pero seca, y deja reposar durante 5-10 minutos para que termine de cocinarse y se evapore la humedad restante. Asegúrate de no sobrecocinarlo y luego transfiérelo a un recipiente o fuente para servir.

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