¿Habías escuchado del chacualole y su ancestral receta? Es un postre que también se puede consumir como atole que se prepara con calabaza de castilla y es de los platillos tradicionales del día de muertos en el Estado de México.

La palabra chacualole proviene del náhuatl xacualolli o xacualoa, que significa amasar. Este es un atole muy espeso elaborado con trozos de calabaza de Castilla, piloncillo, anís, naranja y guayaba.

Cuando se elabora con menos líquido se obtiene un dulce que se coloca en los altares del Día de Muertos y que se invita a las personas que visitan su ofrenda.

Receta de Chacualole

Chacualole

Ingredientes

¼ de calabaza de castilla
¼ de manzana y guayaba
2 ramitas de canela
4 cáscaras de naranja
4 clavos de olor
1 pizca de anís
200 gramos de piloncillo
200 mililitros de leche
1/2 taza de azúcar
2 litros de agua

Preparación

Chacualole

Tatemar las calabazas, manzanas y guayabas en fuego directo hasta que comiencen a tomar color.
Picar la calabaza y las frutas y hervir en el agua por 20 minutos. Reservar el agua.
Retirar la calabaza y las frutas. Moler en metate, procesador de alimentos o licuadora hasta conseguir un puré fino.
Añadir las cáscaras de naranja, canela y clavo en el agua de la cocción.
Agregar el piloncillo y el azúcar.
Cocinar a fuego medio hasta conseguir un jarabe.
Añadir el puré de calabaza y frutas al jarabe y remover mientras se baja el fuego.
Mover de forma constante hasta que el líquido se evapore.
Retirar restos de cáscara de naranja, canela y clavo.
Añadir la leche y seguir moviendo hasta alcanzar el espesor de un atole, en caso de querer servirlo como tal.
Dejar hervir y remover hasta evaporar el líquido y que se forme una pasta consistente, si se quiere servir el chacualole como postre.

Dónde puedes probarlo

Chacualole

En el pueblo de Ayotla, Estado de México, donde hay puestos callejeros en los que podrás ver una enorme cazuela de barro sobre un anafre con carbón, que es removida constantemente con una pala de madera.

Preparar esta cantidad de chacualole les lleva aproximadamente ocho horas en las que hay que estar removiendo. Gracias a esto, se le considera un dulce sagrado, ya que simboliza el esfuerzo de las almas que partieron a Mictlán o el inframundo azteca.

Se puede beber como atole, comer directamente del plato, en torta (usando bolillo o pan de muerto) o remojado en un vaso de leche fría.

Y si te encanta la calabaza de castilla, pasa por aquí para aprender a hacerla en la tradicional tacha. O si prefieres algo saladito, aquí te enseñamos a hacer crema.