Aunque aparentemente sencillos, por mucho los huevos pochados perfectos son quizá el platillo más difícil que puedes hacer con este ingrediente. Sin embargo, si eres enemigo de la grasa y el aceite, es la opción ideal pues sólo necesitas agua hirviendo, un poco de sal y vinagre.

Te pasamos un video de Hungry para que no te compliques y aprendas a hacerlos de manera sencilla. Recuerda que los puedes convertir en unos fantásticos huevos benedictinos:

Existen millones de trucos para lograr hacerlo perfecto pero este es el método tradicional. Te mentiríamos si dijéramos que es fácil, sí requiere práctica. Sin embargo, los huevos pochados perfectos los merecen.

La química del agua con sal y vinagre

Los pasos de la receta son muy específicos por un motivo: química y física. Te explicamos el por qué de cada uno:

El agua no puede estar más caliente porque si no, la yema se cocería dejando al huevo pochado no tan perfecto, es decir, seco.
La sal sirve para sazonar al huevo mientras se cocina. No vale la pena condimentar antes de poner en cocción pues la sal se desprenderá a la hora de hacer contacto con el agua.
El vinagre es un ácido y los ácidos tienen la funcion de hacer más fuertes los enlaces entre proteínas. Es el motivo por el cual no se desparramará la clara por todo el fondo de cocción a la hora que quieras hacer huevos pochados perfectos.

Terminando la magia asegúrate de tener listo un buen pan tostado, aguacatito y quizás unas lonchas de salmón y salsa holandesa para acompañar. También van muy bien al lado de una ensalada de arúgula, aceite de oliva y jitomates cherry.

Los huevos pochados perfectos se pueden aprovechar de todas las maneras y son muy saludables ya que no se cocinan con grasa.