Aunque para muchos hay cosas que parecen obvias, cuando eres nuevo en la cocina tienes dudas acerca de todo. No te sientas mal, es normal y mucho más cuando no queda más opción que aprender por eso, aquí van 10 básicos que debes saber o hacer si son tus primeros pininos.

Hervir el agua

Parece chiste pero es anécdota cuando te mandan a checar si el agua ya está hirviendo, te asomas a esa olla caliente y simplemente no sabes qué responder.

Para identificar cuando un líquido ya está hirviendo o en ebullición -como se conoce a su término científico- basta con notar algunas burbujas que comienzan a salir en la superficie y hay vapor, esto significa que debido al calor ya está pasando a su forma gaseosa.

Es importante que sepas que no hay un tiempo específico ya que este varía dependiendo de la altura en la que te encuentres. Cuando estás a nivel del mar el punto de ebullición sucede a los 100°C y por cada 300 metros de altura que aumenta se reduce 1°C. Es decir que en la Ciudad de México comienza a hervir a los 93°C.

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¿Qué lavar después del mercado o el súper?

Te tenemos una mala noticia: una vez que regresas de hacer tus compras de comida -y todavía más durante tiempos de covid-19– debes lavar absolutamente todo, desde los plátanos hasta la lechuga además de desinfectar los empaques como plásticos o metales.

Si bien los virus, bacterias y parásitos no resisten altas temperaturas, el coronavirus en específico muere cuando se somete durante 15 minutos a 57°C. Es importante recordar que el modo de contagio es por vías respiratorias y no por el sistema digestivo.

Aún así, recuerda lavar todo con agua y jabón para eliminar cualquier patógeno que sea un riesgo a tu salud.

Anímate a encender el horno

Tenemos una sorpresa, usar el horno de tu estufa muchas veces es más práctico que los quemadores por una sencilla razón: mientras horneas puedes aprovechar ese tiempo para otras cosas.

No olvides siempre tener en cuenta la temperatura y el tiempo con la finalidad de no causar ningún accidente y tampoco arruinar tu comida.

Para encenderlo ubica un orificio dentro, usualmente está en uno de los costados o en la parte de abajo, gira la perilla y acerca el fuego -si te es posible con un encendedor largo- y ¡listo! Es mucho más fácil de lo que crees.

Usa caldos o fondos en lugar de agua

Cuando cocines con agua una pieza de carne o vegetales ¡no tires el caldo restante! A esto también se le conoce en el argot gastronómico como fondo y es oro líquido.

Lo puedes utilizar para todas aquellas cosas que requieren agua. Así lograrás más sabor en tu preparaciones, un ejemplo es usarlo para tus salsas.

Congela y descongela correctamente

Parece una tarea sencilla y lo es, solo tienes que agarrar maña y conocer algunos de los secretos. Por ejemplo, hay vegetales y frutas que antes de congelar es necesario pasarlos por agua hirviendo unos minutos para que conserven mejor sus sabores y también sus propiedades organolépticas como texturas y olores además de sus nutrientes.

Aquí te damos los mejores consejos para congelar de forma correcta algunas frutas y vegetales.

Una vez que lograste hacerlo no lo arruines descongelando mal. El primer tip es tener tiempo ya que lo mejor es pasarlos del congelador al refri para que poco a poco aumenten su temperatura. Si tienes poco tiempo hay algunos secretos como colocarlos en agua o darles golpecillos suaves.

Mejor al dente la pasta y las verduras

Hacer pasta y verduras hervidas es sencillo para los primerizos pero te recomendamos no pasarte de tiempo ni temperatura para no acabar con la textura de tus alimentos.

Para esto te recomendamos la cocción al dente, esto significa que está bien cocido pero conserva su firmeza. Lograrlo es incluso más fácil que dejarlo durante horas al fuego, solo necesitas práctica.

Lo primero que debes hacer es colocar agua a hervir y ya sea que elijas colocar tus ingredientes directos o al vapor espera entre 5 y 10 minutos, para la pasta fresca serán máximo 3 minutos.

Introduce un cuchillo o algún utensilio que llegue al centro de tu alimento y si sale fácil pero te costó un poco de trabajo introducirlo ¡está listo!

Inmediatamente después induce un choque de temperaturas para cortar la cocción.

Sigue las recetas

La creatividad y la imaginación en la cocina muchas veces te llevan a crear cosas increíbles; sin embargo, si eres nuevo te recomendamos seguir las instrucciones y apegarte lo más que puedas a la receta.

Esto tiene una razón en específico. En la cocina suceden muchos procesos químicos que comienzan ya sea aumentando o disminuyendo la temperatura, mezclando ciertos ingredientes o teniendo paciencia para que el tiempo haga su trabajo.

En la repostería esta regla es aún más estricta ya que un gramo de más o el orden en el que integras los ingredientes hace toda la diferencia en el resultado.

Una vez que adquieras más experiencia estarás listo para experimentar, no te desesperes.

Ahorra tiempo, esfuerzo y dinero

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El orden en la cocina es fundamental. Cuando tu refrigerador y alacena tienen un buen acomodo es más difícil que compres alimentos de más o que caduquen los que ya tienes.

Un buen consejo es utilizar el método de primeras entradas-primeras salidas, esto significa que tus ingredientes seguirán un orden de uso con la finalidad de no tener desperdicios.

Así ahorras tiempo, dinero y esfuerzo.

No dejes los trastes para después

Crearte hábitos en la cocina a la larga te hará la vida mucho más fácil. Comienza a lavar los utensilios y trastes que ya no requerirás en el resto de tu preparación mientras esperas a que la cocción de tus alimentos finalice.

También te recomendamos lavar los platos y vasos después de comer y no dejar esta tarea para después. Entre más tiempo pasa más pesado se vuelve el solo pensar en invertir tiempo en ello.

Ten paciencia

El ingrediente más importante en la cocina es la paciencia. Si tienes esto claro desde que eres principiante, este espacio de tu casa será realmente reconfortante, te puede ayudar incluso a calmar sentimientos negativos o de ansiedad.

Todo lleva su tiempo, de minutos hasta días así que ten esto en mente desde que comiences. Tanto la preparación como el acto en sí de comer pueden ser placenteros si trabajas la paciencia.