Tradicionalmente esta masa está hecha con centeno o trigo; las empanadas de Carelia -bocados con fuerte influencia rusa- están rellenas de arroz o puré de papas y después, mientras está calientita, se cubre con una mezcla de huevo y mantequilla a la que llaman munavoi.
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6. Países Bajos: stroopwafel
Las galletas, que se originaron en Gouda, una ciudad conocida por otras razones deliciosas -queso, queso, queso-, consisten en una capa delgada de jarabe de caramelo intercalada entre dos obleas. En los Países Bajos, los stroopwafels tradicionalmente se acompañan de café o té y se colocan en en la parte superior de las tazas, donde las galletas se dejan reposar y suavizar durante unos momentos antes de devorarse.
Canadá es conocido por Justin Trudeau, su amor por el hockey, la apertura y respeto que tienen por todo el mundo y el poutine. El plato más famoso de Quebec consiste en una cama de patatas fritas cubiertas con queso fresco y salsa gravy. La maravilla es que la poutine puede cubrirse con cualquier ingrediente que imagines y acompañarse de una cerveza Molson.
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8. Nueva Zelanda: pays caseros
Uno de los grandes placeres de viajar a través de las dos islas de Nueva Zelanda son las panaderías que se encuentran en las carreteras que embellecen el paisaje. Aunque puedes encontrar sabrosos pasteles en cualquier pastelería, los pays caseros son los más populares y más queridos. Estas ricuras llegaron con los británicos y pronto se convirtieron en el desayuno o el almuerzo perfecto para comer mientras caminas hacia la escuela o el trabajo. Los rellenos van desde tocino y huevo, carne picada y queso, hasta pollo al curry.
Cuando hablas con un australiano migrante sobre la comida que extraña, sin duda te responderán que las galletas chocolatosas Tim Tams. Esta clásica galleta australiana consiste dos bizcochos separados por una ligera crema de chocolate y cubiertos por otra capa más de chocolate. Este postre ha existido desde mediados de la década de los 60 e invoca nostalgia en generaciones jóvenes y viejas.
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Suecia, creadores de Ikea, Volvo y un Muppet que hace bromas culinarias desde la década de 1970, ama sus albóndigas, lo que sin duda podría explicar por qué los habitantes de este país son tan felices. En particular, la combinación clásica de albóndigas suecas y los lingonberries, una fruta que tiene un sabor similar a los arándanos comunes y a menudo los hacen mermelada, se puede encontrar en las mesas de todos los comensales del país.
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