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Tortellini, la pasta nacida del amor

Por Animal Gourmet

Uno de los grandes representantes de la familia de la pasta italiana es el tortellini, aquellos pedacitos de pasta fresca con distintos rellenos que -junto con los ravioles-, son las pastas rellenas favoritas.

Es un plato tan afamado y respetado en Italia que en su lugar de origen, la zona cerca de la ciudad de Bologna, únicamente se sirven como parte de un consomé, similares a los dumplings, y no con salsas como lo hacen en otras regiones o países.

Dicen que el ombligo de Lucrecia de Borgia inspiró la creación del platillo. // Foto: Especial.

Dicen que el ombligo de Lucrecia de Borgia inspiró la creación del platillo. // Foto: Especial.

Su origen, como muchos ingredientes y recetas italianas, está impregnado de historias fantásticas. Cuenta la leyenda que Venus, la diosa del amor, durante un largo viaje se hospedó en una taberna de Castelfranco Emilia, entre Bologna y Módena.

Prendado por su belleza, un empleado del hostal siguió a la diosa hasta su habitación y a través de una pequeña rendija en los tablones la espío. Impactado por la divina beldad,  corrió a la cocina con la creatividad a tope, y comenzó a preparar un platillo inspirado en el ombligo de Venus. Así surgieron los tortellini.

Otras versiones asegura que la mujer roba alientos de la historia era, en realidad, Lucrecia de Borgia. ¿Cuál era más seductora? Ustedes decidirán.

Cierto o falso, hoy en día en Castelfranco Emilia se celebran la tradición de este anónimo cocinero enamorado y el pueblo completo se vuelve una fiesta renacentista de gozo y enamoramiento.

Más allá de la leyenda, la primera receta de tortellino data de 1570 según Gianni degli Angeli, presidente de la Asociación San Nicola, responsable de la salvaguarda de tradiciones gastronómicas locales.

El mismo Massimo Botura, enorme representante de la cocina italiana en el mundo con un afamado restaurante repleto de estrellas Michelin en la ciudad de Módena, dice que los tortellini son una parte integral de la vida familiar en la región de Emilia. ¡Pues cómo no, son una delicia!

Habiendo conocido un poco de la historia de esta adorada forma de pasta italiana, les compartimos una sencilla receta que privilegia a la pasta y no a la salsa (no muy común en las recetas italianas), pues con ella se destacan los sabores del relleno, espinaca con ricotta, prosciutto o sólo queso.

Necesitamos salvia, esa maravillosa hoja llena de sabor, mantequilla y parmesano, y ya. Se hierven los tortellini (que puedes comprar en el supermercado o con quienes elaboran pasta fresca como nuestros amigos argentinos de Confetti en Polanco) y para que sepamos todos, están listos y al dente cuando flotan en el agua hirviendo.

Aún calientes y ya escurridos se sazonan sólo con mantequilla, parmesano rallado, sal, pimienta y las hojas de salvia previamente fritas para lograr una textura crujiente.

No toma más de 20 minutos preparar este manjar para degustarlo en homenaje a mujeres hermosas como Venus, Lucrecia de Borgia o más contemporánea y terrenales. Ustedes le ponen nombre.