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¿Cómo frenar el desperdicio de comida? Francia pone el ejemplo

Por Mariana Toledano

México pierde cerca de 37% de los alimentos que produce debido al despilfarro alimentario, esta cantidad sería suficiente para alimentar a más de siete millones de personas, de acuerdo con datos de la FAO (Food and Agriculture Organization).

Algunos de los alimentos más desperdiciados son:

  • Guayaba 57.73 %
  • Leche de vaca 57.14 %
  • Mango 54.54 %
  • Pescados y sardinas 54.07 %
  • Aguacate 53.97 %
  • Plátano verde y tabasco 53.76 %
  • Nopal 53.26 %
  • Arroz 46.87 %
  • Pepino 45.46 %

Para frenar lo anterior, el Gobierno de nuestro país trabaja en la Cruzada Nacional Sin Hambre, que determina la magnitud del problema en las regiones y busca posible soluciones en el país. Lo que se busca es «minimizar las pérdidas poscosecha de alimentos durante el almacenamiento, transporte, comercialización y distribución».

Así mismo, nuestro país forma parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que persigue la Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos y se trabaja en una Alianza Regional para trabajar en conjunto con otros países hermanos.

No obstante, uno de los países que ha tomado medidas en contra de la merma de alimentos es Francia, cuyo Gobierno busca reducir el desperdicio de alimentos para 2025 y cuenta con el apoyo unánime de la Asamblea Nacional. Con el respaldo de la Ley de Transición Energética, a partir del 1 de julio de 2016, aquellos supermercados con una superficie mayor a 400 metros cuadrados no podrán tirar a la basura los productos perecederos.

Por el contrario, los productos que debido a su caducidad o daños en el empaque no sean aptos para el consumo humano, deberán ser donados a las organizaciones encargadas de la alimentación animal y la producción de abonos agrícolas.

En Francia se tiran a la basura 20 kilos de comida por persona la año, según datos del Ministerio de la Ecología. De acuerdo con la FAO, el despilfarro de alimentos para consumo humano asciende a un tercio de la producción a nivel nacional, lo que se traduce en mil 300 millones de toneladas de desperdicios al año que generan tres mil 300 toneladas de dióxido de carbono.

El compromiso de Francia hacia esta lucha comenzó en 2010 cuando se analizó que en realidad, la mitad del desperdicio de alimentos sucede de camino del campo al plato. Aunque las medidas adoptadas hace algunos años son similares a las actuales, lo que se busca en esta ocasión es la participación de toda la cadena de producción y distribución alimentaria.

Según informa El País, otro de los puntos fundamentales de esta ley es el trabajo en las escuelas, en las que se buscará concienciar a los estudiantes sobre la necesidad de frenar el despilfarro de alimentos.