
El Clamato surgió en Estados Unidos, pero cuando llegó a México se unió con la cerveza y entonces surgió el mágico remedio para todos los crudos del país.

Un clamato con cerveza debería ser considerado elemental en un botiquín de primeros auxilios; el antídoto por excelencia para esas resacas que nos han dejado heridos en una cama mínimo una vez -o cien- en nuestras vidas.
Esta bebida es conocida mundialmente como una de las consentidas de los mexicanos, que la defienden como propia. ¿La habremos inventado nosotros? ¿Hubo algún ser tan consciente en un momento de agonía y deshidratación causada por una borrachera capaz de crearla? No hay documentación histórica, pero donde hay cerveza, seguramente hay un mexicano involucrado.
La palabra “clamato” viene de clam, que quiere decir almeja, y “tomato”, que quiere decir jitomate. La bebida originalmente fue inventada por una compañía de California, Estados Unidos, en 1969. La historia cuenta que los agricultores estadounidenses fueron los primeros en disfrutar el Clamato, después de las arduas jornadas de trabajo bajo el sol. Al poco tiempo, esta bebida hecha de jugo de tomate y especias se extendió en todo Estados Unidos y México y se convirtió en una bebida sumamente popular entre los latinos.
Ingredientes
Para la cerveza con Clamato:
Primero mezcla todos los ingredientes de la salsa y déjala reposar durante un día. Una vez pasadas las 24 horas, en un vaso escarchado con limón y chile en polvo, agrega hielos, jugo de limón, saladitos, los ostiones, los camarones, el jugo de jitomate y la cerveza. !Tranquilo! No lo bebas de fondo, está bueno, pero es para disfrutarse.