El calor derrite por igual las neuronas y los helados. Lo primero se palía en parte con un sombrerito y un poco de sombra que refresque ese cuerpo serrano y su torre de control.
Para lo segundo, conseguir que un polo no se derrita en cuanto lo sacas del congelador. Los japoneses ya han encontrado la solución. Así lo cuenta el diario nipón Asahi Shimbun.
Estos son unos de los helados que ofrecen
Igual que pasara con los rayos X, los post-its o el microondas, también el helado que no se derrite ha sido descubierto por casualidad. Tras el desastre que supuso para el país el terrible terremoto y tsunami del 2011, la compañía Biotherapy Development Research Center se planteaba cómo podía ayudar a los recolectores de fresa de la región de Miyagi a recuperarse.
Dejado atrás el cataclismo, los agricultores pusieron de nuevo en marcha sus cultivos. La apariencia de los frutos que obtenían no era apta para comercializarlos en los mercados. Así que la compañía empezó a estudiar qué otros usos podía tener el polifenol de las fresas.
Ha sido un éxito en sus redes sociales
ya es una atracción turística