

El encanto de la Huasteca Potosina y la Sierra Gorda de Querétaro se vive en su gastronomía y nada representa mejor los sabores tradicionales que el zacahuil. De origen prehispánico, ¿qué es el zacahuil? ¿ cuál es su origen? y ¿qué lo hace tan especial?

El zacahuil es uno de los platillos típicos de San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz e Hidalgo. Un fiel representante de la cocina prehispánica de nuestro país.
Envuelto en hojas de plátano, el zacahuil es un tamal ceremonial de proporciones colosales que se suele preparar con masa de maíz, carne de guajolote y adobo de chiles (generalmente cascabel).
Lo interesante de este “tamalote” es que al ser gigantesco se suele cocinar en hornos de leña o piedra, aunque la forma más típica es enterrarlo bajo tierra.

Se suele preparar durante festividades y celebraciones regionales, como los días de plaza o el Día de Muertos. Su gran tamaño lo hace un antojito perfecto para preparar y comer en comunidad.
Se le considera el tamal más grande del mundo, pues llega a medir de 1 a 2 metros de largo y pesar cerca de los 40 kilogramos.
Su nombre proviene del náhuatl zacahuili, cuya traducción será “sabor a zacate”. Este tamal tradicional es el gran orgullo de los potosinos, una de las recetas emblemáticas del estado.
El zacahuil es un platillo de origen huasteco que se remonta a la llegada de los españoles. Se cree que el nacimiento de este platillo es como un símbolo de venganza.

De acuerdo con algunos cronistas, la leyenda del tamal gigante nace como parte de una reprimenda contra los hombres que agravian a las mujeres.
Pues de acuerdo con el historiador Francisco Ramos Alcocer, se usaba la carne del ofensor para preparar este tamal ceremonial, el cual después de cocer se repartía entre las mujeres afectadas.
Este acto se repetía con prisioneros de guerra, lo que se convirtió en una tradición huasteca hasta la llegada de los españoles.
La preparación del zacahuil siempre ha estado rodeada de misticismo, inclusive se ha convertido en un elemento infaltable en el Día de Muertos.

No solo forma parte de celebraciones comunitarias, el zacahuil también se ha convertido en una pieza fundamental para cumpleaños, bodas, bautizos y velorios.
Actualmente se hacen tamales ceremoniales de múltiples tamaños, inclusive se ha diversificado la receta original para ofrecer algunos con cerdo, pollo, mariscos y otro tipo de ingredientes.