

Si hay un plato que ha dejado a las personas maravilladas después de probarlo, ese es definitivamente el falafel. Aunque pueda parecer solo una especie de albóndiga hecha de garbanzos y hierbabuena, el falafel va mucho más allá: se ha convertido en una auténtica forma de vida. Es una receta perfecta para veganos, vegetarianos y celiacos, importada de la gastronomía de Oriente Medio, muy nutritiva, saludable y sabrosa.

El mundo culinario es un lugar lleno de sorpresas, y una de las joyas más sabrosas es el falafel. Aunque su nombre provenga del árabe y signifique “pimiento”, no tiene nada que ver con este vegetal. El falafel es una bolita hecha de garbanzos o habas, junto con cebolla, ajo, hierbas y especias.
Este platillo es versátil y puede ser una estrella o un acompañante en la mesa. Es perfecto como aperitivo, servido con salsas como tahini o yogurt, y también se come con pan pita. Sin lugar a dudas, puede ser un bocadillo para cualquier momento del día. Si buscas una comida más completa, nunca falla agarrar un pan pita, rellenarlo con humus, falafel y verduras. ¡Llenador, delicioso y apto para todo público!
El falafel es más que una simple receta, es historia y tradición en cada bocado. Su sabor y aroma nos conectan con diferentes culturas, y su preparación es un arte culinario en sí mismo.
Cuando se trata de preparar auténtico falafel en la comodidad de tu cocina la clave está en usar garbanzos secos, no vale utilizar garbanzos cocidos. Es importante acordarse de ponerlos en remojo 24 horas antes y escurrirlos y secarlos bien en el momento de preparar la receta. Esta es la única ciencia que tiene hacer falafel casero, el resto es cosa de coser, cantar y, por supuesto, disfrutar.

Los falafels caseros están listos para llevar los sabores mediterráneos a tu mesa. Puedes acompañarlos con salsa de yogurt, hummus o tu aderezo favorito. ¡Disfruta de esta deliciosa especialidad!
Estas ideas simples te ayudarán a crear una experiencia culinaria satisfactoria y sabrosa con tu falafel casero.
