Hollywood es reconocido en todo el mundo como el epicentro de la industria cinematográfica estadounidense. En medio de la glamurosidad que lo abraza, se encuentra un ícono culinario que transporta a los comensales hasta las tierras de Oaxaca. La Chinantla ofrece un menú auténtico que rinde tributo a la diversidad culinaria de México.
La Chinantla representa tanto una región distintiva de Oaxaca, como un negocio familiar arraigado en Los Ángeles, California, donde está la exquisita comida oaxaqueña elaborada por Claudia Antonio Méndez.
Se estima que alrededor de 36 millones de mexicanos residen en Estados Unidos, dentro de esa cifra se ubica Claudia Antonio, originaria de La Chinantla, Oaxaca, que ha pasado 32 años establecida en Los Ángeles y su historia merece ser compartida y honrada.
Foto: Cortesía La Chinantla
Migrar te hace vivir con el corazón partido
Claudia vivió hasta los 15 años en el pueblo de Santa Fe, en la región de La Chinantla, que se ubica al este del estado de Oaxaca, en los límites con Veracruz. En los recuerdos de su niñez está el clima húmedo, la vegetación, una gran variedad de frutas y los ríos en donde solía jugar con sus seis hermanos.
Recuerda los aromas y texturas de los platillos que preparaba su abuela y su mamá, mientras que su padre daba clases en una primaria. Lamentablemente, el que su papá tuviera una profesión no era sinónimo de que tuvieran una buena calidad de vida.
Oaxaca se ubica entre las cinco entidades con el mayor porcentaje de la población en situación de pobreza y pobreza extrema en 2022, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Claudia tuvo que abandonar el lugar en donde era feliz y al que jamás regresó. En un inicio migró al centro de Oaxaca en donde estuvo ahí hasta los 19 años pero al no tener una mejora en su calidad de vida emprendió su vuelo hacia el “sueño americano”.
“Como migrantes quisiéramos tener la oportunidad de poder regresar y ver a nuestros familiares, así como disfrutar de la gastronomía que tiene nuestro estado que es muy extensa y deliciosa”.
Desafortunadamente, Claudia no pudo despedirse de su madre, quien murió en 2011, y a quien vio por última vez en 2005. Solo en tres ocasiones pudo abrazarla después de migrar. Actualmente su papá se encuentra con vida pero debido a su situación con migración no ha podido verlo.
Una nueva vida en Los Ángeles
Claudia salió de Oaxaca hace 32 años sin embargo no olvida sus raíces y muchos menos la comida que cocinaba su abuelita y madre: “Cocinaba muy rico, la comida era sencilla pero muy deliciosa”. Con un nudo en la garganta, me cuenta qué platillo añora de la cocina de su madre.
“Los tamales del área de la Chinantla, que son unos tamales grandes que se envuelven en la hoja de pozol y se le pone la carne deshebrada con salsa roja. También le ponen los pedazos de pollo con todo y hueso. Es algo que extraño mucho, aquí no están todos los ingredientes para poder hacer ese tamal, pero sí es una de las cosas que extraño comer de lo que preparaba mi mamá”.
La cocina de La Chinantla se erige sobre el uso distintivo de hojas aromáticas y una amplia gama de especias, lo que inspiró a Claudia a difundir los sabores de su amada tierra hasta Los Ángeles.
Ya viviendo en el extranjero, se reencontró con un viejo conocido de Oaxaca, con quien lleva casada treinta años y tiene tres hijos. En la actualidad, es su mano derecha en el negocio asumiendo la responsabilidad de preparar los platillos en el momento preciso en que el negocio abre sus puertas.
Foto: Cortesía La Chinantla
Oaxaca llega a Los Ángeles con La Chinantla
La idea de tener un negocio propio surgió en el año 2015 cuando Claudia dejó de dedicarse al hogar y comenzó a vender aguas en el Verano en la calle; jamaica, horchata y thai iced tea, una bebida tailandesa.
Sus auténticas aguas comenzaron atraer cada vez a más gente. Afirma que su éxito se debió a que eran aguas concentradas ya que el hielo se colocaba hasta que se servía la bebida.
“Personas de todas las nacionalidades empezaron a probar mis aguas y recibí buenos comentarios. Para que conocieran mis aguas les ofrecía una prueba sin ningún compromiso y ya ellos al probarlas la mayoría me compraba”.
Tras el éxito obtenido, comenzó a agregar más sabores que igualmente fueron bien recibidos por sus clientes. Los nuevos sabores fueron guanábana, limón rallado, pepino y aguas cremosas (coco, nuez, mamey).
Foto: Cortesía de La Chinantla
En su búsqueda por formalizar su negocio, localizó un establecimiento que fuera aprobado por el Departamento de Salubridad y así poder vender sus aguas.
Este gran paso llevó a Claudia a encontrar un food truck que contaba con un congelador y un refrigerador, requisitos necesarios para mantener frescas las aguas.
Menú de La Chinantla
Su nuevo “carrito” también contenía una parrilla y para sacarle provecho Claudia y su esposo decidieron ampliar su menú e incorporar la gastronomía de Oaxaca a través de La Chinantla.
El menú de La Chinantla contiene tortas a las que se les unta frijol negro molido con hoja de aguacate, tasajo, tomate, aguacate, cebolla y lechuga; memelas, tacos de chapulines y barbacoa.
Claudia asegura que gran parte de los ingredientes que usa en sus platillos son traídos de Oaxaca por uno de sus hijos. Asegura que sí es fácil conseguir productos oaxaqueños en Los Ángeles, sin embargo, prefiere que sean traídos desde la tierra de la Guelaguetza.
Foto: Cortesía La Chinantla
Para el postre, ofrecen elotes que contienen una salsa especial de la casa. También paletas de mango con chamoy y nieves de fresa, vainilla y nuez.
La experiencia de La Chinantla es completa ya que quien llega a comer no solo es transportado hasta Oaxaca por los sabores de su cocina, sino por la música que sale del “carrito”, música típica oaxaqueña.
Claudia afirma que a través de sus platillos busca transmitir la autenticidad de la comida oaxaqueña, y llevar a Oaxaca a Los Ángeles a través de La Chinantla. Los clientes de este característico restaurante mayormente son oaxaqueños que buscan una auténtica tlayuda o tacos de barbacoa. Claudia recuerda la anécdota de un joven que regresó a su infancia gracias a su cocina.
“Un joven llegó por primera vez a comprarnos una torta de tasajo con quesillo. Se la preparamos y después de haber acabado de comer, se acercó a la ventanilla del carro y nos dijo: ‘Al darle el primer bocado a la torta me transportó a mi niñez, al estado de Oaxaca, es increíble me hizo recordar mi infancia’. Eso nos hizo sentirnos muy felices de que podemos causar una emoción en nuestros clientes”.
Foto: Cortesía La Chinantla
Larga vida para La Chinantla
Claudia indica que “si Dios le presta vida” quisiera agrandar el menú de postres y poder hacer sus propios helados de sabores. Señala que por falta de tiempo y mano de obra no ha podido preparar la nieve de leche quemada, nuez y limón rallado.
“Siempre le ponemos el amor y empeño a la preparación de todos nuestros ingredientes porque queremos que el cliente se vaya con esa alegría y satisfacción de que se comió algo rico”.
A pesar de haber tenido que partir en busca de nuevas oportunidades y horizontes lejanos, esta familia no ha dejado de abrazar con cariño y nostalgia los recuerdos de su patria.
Los ríos y los campos verdes de La Chinantla aún resuena en sus corazones, recordándoles la riqueza de una cultura milenaria que han llevado consigo a través de fronteras. Cada bocado de sus platillos tradicionales evoca memorias de comidas compartidas alrededor de la mesa familiar.
Foto: Cortesía de La Chinantla
A pesar de los desafíos y las adversidades que han enfrentado en tierras extrañas, su amor por Oaxaca y México nunca se ha apagado.
La Chinantla es más que un lugar físico. Es un símbolo de perseverancia y resistencia, un recordatorio constante de la fortaleza de una familia que ha luchado incansablemente por preservar su identidad y su herencia cultural.
- Dirección: Sunset Boulevard esquina con Western Avenue, área de Hollywood
- Horario: Lunes a Viernes 21:00 a 2:00 am/Sábado y Domingo 21:00 a 3:00 am
- Precios: 2.50 a 18 dólares
- Instagram: @la_chinantla
