“Pedacitos de Sabor”: El recetario familiar que le regresó la esperanza a Emigdia Hernández 

Pedacitos de Sabor: Un recetario de Rancho contiene 14 recetas entre las que se encuentran: tortitas de haba, pollo estilo Guerrero, tamales de frijoles, tamales de elote y mucho más.

“Pedacitos de Sabor”: El recetario familiar que le regresó la esperanza a Emigdia Hernández 
Pedacitos de Sabor: Un recetario de Rancho que contiene 14 recetas familiares/ Foto: Paulina Figueroa (Animal Gourmet)

Emigdia Hernández es autora de Pedacitos de Sabor: Un recetario de Rancho, que contiene 14 recetas familiares que han pasado por cinco generaciones, y que fue creado gracias a la labor de Mi Valedor, una organización civil que ayuda a personas en exclusión social. 

“Emy” es sobreviviente de violencia intrafamiliar y víctima de matrimonio infantil a los 13 años. A los 9 años se convirtió en madre de sus hermanos, luego de que sus padres alcohólicos los abandonaran. 

Emigdia Hernández es autora de Pedacitos de Sabor_ Un recetario de Rancho
Pedacitos de Sabor: Un recetario de Rancho que contiene 14 recetas familiares/ Foto: Paulina Figueroa (Animal Gourmet)

 

Mi Valedor surgió como un periódico callejero que edita y publica revistas y periódicos que compran personas en situación de exclusión para revender y obtener ingresos. La fundadora María Portilla conoció este modelo en Londres y lo replicó en México en 2015 con el objetivo de incluir a personas en situación de calle y con ello ayudarles a generar ingresos de una forma no asistencialista a través de su trabajo, explica Arturo Soto, director del área social, comunicación y coordinación de alianzas.

A lo largo de 10 años, Mi Valedor ha entendido y atendido las necesidades de las personas que llegan hasta la organización, lo que ha permitido ser una red de apoyo, ofreciendo talleres, terapias psicológicas y psiquiátricas.

A la fecha se han publicado 37 números de la revista y cinco colecciones de fanzines que son una herramienta de trabajo y acompañamiento a los valedores, se le llama así a las personas que revenden las publicaciones de Mi Valedor y que obtienen un ingreso por su trabajo, además de que forma parte de las actividades de las organización. 

Emigdia “Emy” Hernández de 55 años forma parte del proyecto desde 2023; la comida ha sido su forma de expresar agradecimiento y amor a lo largo de su vida. Su rica sazón la llevó a crear Pedacitos de Sabor: Un recetario de Rancho, uno de los fanzines más exitosos de Mi Valedor que ha vendido más de mil 800 ejemplares.

Fanzines de Mi Valedor
Fanzines creados por los valedores de la organización Mi Valedor/ Foto: Shutterstock

Valedora Emigdia “Emy” 

En 2022, al término de la pandemia, “Emy” tuvo que cerrar la papelería que era su fuente de ingresos, debido a extorsiones por cobro de piso. Salió a las calles a vender sus productos pero el acoso policial no le permitió continuar trabajando para cubrir sus necesidades básicas.

Pasó de ser una mujer totalmente independiente a buscar lugares donde regalaran comida y ropa usada. Luego de 8 meses sin trabajo conoció a una persona que le habló de Mi Valedor e ingresó a la organización el 6 de marzo de 2023.

Vender revistas y fanzines por toda la Ciudad de México le ha permitido volver a ser una mujer autónoma, al mismo tiempo ha recibido ayuda psicológica para sanar sus heridas. 

“Emi” consiente al equipo de Mi Valedor y a todo aquel que lo necesite a través de sus guisos, uno de sus grandes anhelos era que las personas probaran su comida, un sueño que poco a poco se ha hecho realidad luego de crear Pedacitos de Sabor: Un recetario de Rancho, un compilado de 14 recetas que su abuela paterna le compartió cuando apenas tenía 9 años.

“Tengo unos libros de mi abuelita que me dejó que todavía están escritos a mano escrita. Todos los traduje, y de ellos son parte de las recetas que han cocinado cinco generaciones desde bisabuela, tatarabuela, abuela, mamá y yo. Han sido un éxito y todavía tengo para hacer otros dos o tres fanzines de más recetas”.

En este fanzine “Emi” creó los collages que acompañan cada una de las recetas que eligió compartir. 

  1. Pan de nuez
  2. Tortitas de Haba con camarón y nopal
  3. Pollo estilo Guerrero
  4. Tamales de frijoles
  5. Mole poblano
  6. Picaditas estilo veracruzano
  7. Tamales de elote
  8. Chiles en nogada
  9. Pierna adobada para Navidad
  10. Tlacoyos de frijol y alberjón
  11. Empanadas de tinga de pollo y picadillo
  12. Buñuelos
  13. Chalupas poblanas 
  14. Pollo en crema de cilantro
Recetario Pedacitos de Sabor
Los fanzines valedores son espacios abiertos a la libre expresión de sus autores / Foto: @mivaledor

Materné a los 9 años y a los 13 años me casaron

Emigdia Hernández Rodríguez nació en la colonia Maravillas en Pantitlán, al oriente de Ciudad de México, pero a los cinco años de edad sus padres decidieron regresar a Atexcac, municipio de Aquixtla en el estado de Puebla, de donde eran originarios y trabajaban como alfareros. 

Emi solo tuvo oportunidad de estudiar 6 meses de primaria, no había tiempo para aprender porque debía hacer 35 ollas de 2 litros diarias las cuales eran intercambiadas por comida y alcohol para sus padres. 

Toda su infancia estuvo marcada de pobreza y violencia extrema, a los 9 años sus padres alcohólicos abandonaron a su suerte a Emi y a sus cuatro hermanos de 6 meses, 3, 5 y 10 años. 

“Me iba a trabajar con mi hermano mayor al campo con los vecinos, nos daban maíz, frijol y con eso comíamos. Martajaba el nixtamal en el metate y hacía tortillas y de esa masa le guardaba para hacerle un atolito a mi hermano, lo cargaba como mi hijo en la espalda y me iba acarrear leña y a traer agua. Yo fui madre a los 9 años”.

Después de dos años de abandono, su madre regresó para llevarla a trabajar con una familia, del entonces Distrito Federal, a quienes les hacía labores domésticas con 11 años y por las cuales no recibía ni un centavo ya que su madre y hermano mayor se quedaban con todo lo que trabajaba.   

Emigdia Hernández
Valedora Emigdia Hernández/ Foto: @mivaledor

A los 13 años, Emigdia fue vendida por su madre a un hombre “con mucho dinero” que le doblaba la edad, con quien se casó y tuvo una hija a los 15 años que perdió a causa de un aborto espontáneo que tuvo en un corral de chivos.

“Estaba chiquita, no sabía cómo eran los cuidados. […] Mi marido me fue a dejar a Puebla porque él se iba al Ejército y yo me empecé a sentir mal y les decía a mi papá que me sentía mal porque mi mamá no estaba […]  me fui a meter al corral de los chivos, me acosté y ahí fue donde nació mi hija muerta. Mi mamá llegó y me comenzó a pegar porque dijo que yo la maté […] mi mamá la fue a enterrar pero no me dejó ir”.

Emigdia vivió 30 años casada con el hombre al que fue vendida y al que recuerda como un hombre violento, drogadicto, machista,  mujeriego y con el que tuvo tres hijos más. Luego de que falleciera su madre, Emi buscó un abogado a quien le pagó 15 mil pesos para que la divorciara.  

“Mi mamá nos metió mucho la religión católica decía que el matrimonio es para toda la vida y si te divorciabas te descomulgaban […] Duró 60 años viviendo con un hombre que la maltrataba, que era desobligado, que era mujeriego, borracho igual que ella y bueno, ahí los dos se amaban, se querían, se respetaban según ellos y cuando murió mi mamá fue cuando yo tomé la decisión de divorciarme”.

A pesar de su historia, “Emi” asegura no guardarle rencor a su madre y haber estado con ella en su lecho de muerte y perdonarla, incluso entender porque tomó malas desiciones. Su madre se convirtió en huérfana a los tres años y fue madre a los 15 años de Emigdia.

Recetario de la valedora Emigdia
Emigdia Hernández/ Foto: @mivaledor

El matrimonio infantil y las uniones tempranas constituyen una violación a los derechos humanos de la niñez y son consideradas por el Sistema de Naciones Unidas como prácticas nocivas que afectan gravemente la vida, la salud, la educación y la integridad de las niñas en particular, impacta su desarrollo futuro y el de sus familias, e incrementa la discriminación y la violencia contra ellas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, México se posiciona como el octavo país con mayor índice de matrimonio infantil en el mundo. Los estados con mayor prevalencia de matrimonios infantiles entre mujeres indígenas son: Sinaloa, Baja California Sur y Tamaulipas.  Los estados con mayor número absoluto de mujeres indígenas casadas o unidas antes de los 18 años son: Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

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