Este jugoso ingrediente es sumamente popular. En el mundo existen cerca de 5 mil variedades diferentes y en cada país se usa de diferentes maneras. Sin embargo es más utilizado en la cultura occidental.
El jitomate es un fruto que tiene pocas calorías y gran contenido de agua, además de un alto contenido de licopeno, un poderoso antioxidante —y la responsable de su característico color—. Estudios demuestran que el consumo de licopeno reduce el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, óseo y de mama, así como también la arteriosclerosis, la degeneración macular (principal causa de ceguera) y derrames cerebrales.
El licopeno es asimilable fácilmente cuando los jitomates están en presencia de una grasa. Por ello se recomienda especialmente que la grasa a consumir sea lo más saludable posible, especialmente el aceite de oliva que ayuda a disminuir la cantidad de colesterol en nuestro cuerpo.
Por si fuera poco, el jitomate es rico en vitamina C, A, K y B6, folato, fibra, potasio, manganeso, cromo y contiene beta carotenos, reconocidos por fortalecer el sistema inmunológico,
Por porciones, una taza de jitomate proporciona la mitad de nuestros requerimientos en vitamina C, un nutrimento fundamental a la hora de reforzar nuestro sistema inmunológico y que además se asocia con la prevención de alergias y la buena cicatrización. Eso sí, es importante saber que para que podamos este nutrimento del jitomate, éste debe estar crudo, ya que las vitaminas se desnaturalizan al contacto con el calor. Un consejo para obtener el mejor sabor de los jitomates crudos es consumirlos a temperatura ambiente
La mejor temporada para consumir este rico fruto es el verano, época en la que se desarrolla y por lo cual tiene mejor sabor. En cambio durante pierden muchas cualidades pues se cosechan más verdes para que lleguen hasta la mesa, lo que ocasiona que el jitomate sea de color pálido y tenga un sabor soso.
Finalmente no importa como les guste consumirlo, pues crudo o cocido, el jitomate es rico, jugoso y muy nutritivo.
