

Uno de los alimentos que más orgullo le brinda a la nutrición mesoamericana es el amaranto: esa planta que, madura, es el cuerpo de las alegrías y muchas otras recetas que se han creado con el paso de los años.
La historia de este pseudocereal es curiosa porque apareció en las mesas en la era prehispánica y, aunque era tan nutritiva como el maíz, no ha tenido un lugar significativo hasta hace relativamente poco.
La planta del amaranto crece hasta un metro de alto y en su cresta crece una especie de flor que alberga semillas en su corazón. Al contacto con el calor, esas semillas tienen un efecto tipo palomitas de maíz: revientan y se forma lo que comercialmente se vende como amaranto.
El contenido nutrimental de la semilla de amaranto es, por cada 100 gramos, de 412 kilocalorías; 71.1 gramos de hidratos de carbono; 13.5 gramos de proteínas; 8.2 gramos de lípidos; 1.1 miligramos de niacina y 292 miligramos de calcio. Por esto, fue nombrado como uno de los 50 alimentos del futuro.
A pesar de que su uso gastronómico más popular es el de las alegrías, hay muchas formas para aprovecharlo en la cocina. Hoy en día también se usa en la preparación de la granola, como empanizador para milanesas y hasta para repostería.
Acá te enseñamos a usarlo en las cuatro formas. ¡Manos a la obra!
En la zona rural del DF y la región centro del país, como Tlaxcala, hay muchos obrajes donde se produce este dulce de origen prehispánico que se vende en muchos puestos de golosinas de la ciudad de México pero también se puede encontrar en dulcerías tradicionales y de la mano de vendedores a pie.
Ingredientes (para 800 gramos que puedes dividir en 8 porciones)
Procedimiento
¡Esta es una de nuestras recetas consentidas con amaranto!
Las recetas del desayuno no se libran del amaranto. Esta es nuestra favorita.
Ingredientes
Procedimiento