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La magia de la cocina para aliviar la salud mental

Por Mariana Toledano

Cada día nos sorprende más la manera en la que los alimentos pueden hacer magia, pero hoy nuestra atención se centra en aquellos que son utilizados para tratar la ansiedad, la depresión y ciertas enfermedades mentales.

Algunas clínicas de salud mental han empezado a utilizar la cocina y el horneado como tratamientos terapéuticos, en estos cursos se les enseña a los alumnos con vidas caóticas a canalizar su energía en seguir recetas, por lo que sus niveles de estrés y pensamientos negativos bajan, mientras que el autoestima se eleva.

En el Centro de Tratamientos para Adolescentes Newport Academy, en Connecticut, Estados Unidos, se realizan estos cursos para tratar algunas enfermedades mentales y la adicción, en ellas se les enseña a transformar sus platillos favoritos en versiones más saludables, de modo que la creatividad de los adolescentes sale a relucir.

La encargada de las clases es la chef Patricia D’Alessio, quien asegura que durante las dos o tres horas de clase, la atención de los adolescentes se dirige hacia otros pensamientos que no son estresantes o que no tienen que ver con lo que hicieron durante el día, por el contrario, su energía se centra en la cocina.

El objetivo de este programa es eliminar la depresión aumentando la actividad positiva, y de acuerdo con los psicólogos, cocinar y hornear pueden ser considerados como un tipo de terapia conocida como activación conductual, en el que la conducta del individuo se orienta a metas positivas y pone fin a la pasividad.

De acuerdo con un estudio publicado por el British Journal of Occupational Therapy en 2004, las clases de cocina impulsaron la confianza y aumentaron el nivel de concentración de 12 pacientes tratados en clínicas de salud mental.

Annie Gendaszek, coordinadora del programa en Newport Academy, dice que estos cursos han funcionado muy bien, en especial porque los adolescentes pueden divertirse y no pensar en que están en una terapia.

Matthew Petrillo, de 17 años, ha tomado estas clases como parte de su tratamiento para la depresión, él considera estos cursos fantásticos ya que las cocina le permite mejorar y aumentar su confianza, la autoestima y desarrollar distintas habilidades.

Existen muchos testimonios de personas que han encontrado solución a sus problemas dedicando su tiempo a cocinar y hornear, aunque los terapeutas aconsejan que quienes desarrollen este tipo de terapias deben elegir recetas saludables ya que una mala alimentación aunada a la depresión y otros trastornos de estado de ánimo pueden causar un aumento de peso.

Catana Brown, una terapeuta ocupacional de Glendale, Arizona, prefiere utilizar recetas saludables y controlar las porciones al utilizar la cocina como una herramienta de terapia. Durante muchos años invitó a los pacientes a cocinar y servir comida a las personas de la comunidad en una cafetería en la ciudad de Kansas, en ella se preparaban versiones saludables de los alimentos que son acompañados con verduras y ensaladas.

Según la terapeuta, es menos probable que cuando la gente cocina coma alimentos con alto contenido calórico, ya que dejan de lado la comida rápida. 

Los terapeutas coinciden en que cocinar y compartir la comida con otras personas puede ser muy útil ya que las personas que padecen enfermedades mentales se sienten socialmente aislados, por lo que tener un pretexto para compartir tiempo con otras personas puede aumentar las habilidades sociales y la confianza, según lo asegura Helen Tafoya, directora clínica de un programa de rehabilitación psicosocial de la Universidad de Nuevo México, donde se ofrecen clases de cocina para pacientes con esquizofrenia, depresión y otras enfermedades. 

Tafoya dice que preparar y compartir la comida con los demás resulta terapéutico porque es el centro de lo que somos como seres humanos y tiene capacidades curativas incuantificables.

Con información de The Wall Street Journal.