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Del digestor de vapor a la olla exprés (y algunos tips)

Por Mariana Toledano

No podemos negarlo, la olla exprés es una verdadera aliada en la cocina, permite ahorrar tiempo y mantiene los alimentos jugosos. Pero, en sus inicios lo único que cosechó este invento, fueron fracasos.

Lo anterior se debe principalmente a que muchos de sus primeros usuarios sufrieron el percance de ver sus alimentos estampados en el techo por fallas en la válvula de seguridad y, aunque de vez en cuando esto llega a suceder, las ollas actuales son una maravilla.

La primera cena servida con alimentos cocidos en una olla exprés, ocurrió en 1682 en los salones de la Royal Society de Londres por su inventor Denis Papin. Esta olla, a la cual llamó “digestor a vapor” era capaz de reducir el tiempo de cocción un 25 por ciento sin que los alimentos perdieran su sabor.

El digestor estaba hecho normalmente de latón y se cerraba por medio de una tapa y un tornillo enroscado en un soporte, además contaba con una válvula de seguridad que se ajustaba mediante un peso y la acción de una palanca. Una vez asegurada, el agua hervía en la parte inferior y el vapor se acumulaba elevando la presión.

A medida que se calentaba el agua en la caldera, el vapor dentro del digestor aumentaba la temperatura más de 100 grados C. Este vapor muy caliente cocinaba la comida más rápido que los métodos usados en la época.  Para evitar que el digestor explotara la válvula debía ser liberada lentamente para que saliera el vapor de forma segura.

Con el tiempo, este robusto y complejo invento se fue perfeccionando. Fue durante las guerras Napoleónicas, 150 años más tarde, cuando Georg Gutbrod en Alemania comenzó a utilizar las ollas a presión durante el proceso de enlatado de alimentos.

Los avances siguieron, pero no fue hasta 1919 que se registró una patente española, donde se nombró por primera vez “olla exprés”, la cual tampoco tuvo mucho éxito. Luego de la presentación de la Sella-Flex en la Exposición Mundial de Nueva York en 1939, el uso de la olla exprés se empezó a extender y aparecieron fabricantes tanto en Europa como en América.

A continuación te damos algunos datos para convencerte de usar mucho más tu olla exprés:

  • La mayoría de las bacterias se mueren debido a las altas temperaturas que se alcanzan dentro de la olla.
  • La comida se cocina mucho más rápido,  puedes reducir el tiempo hasta en un 70%.
  • Las vitaminas y minerales se mantienen debido a la poca cantidad de líquido con al que se forma el vapor.
  • Los alimentos no se oxidan ya que no entran en contacto con el aire y conservan sus brillantes colores.
  • En la olla de presión el proceso de cocción continúa después de haber apagado el fuego mientras siga habiendo presión adentro de la olla. Para detener el proceso de cocción, levanta un poco la válvula de presión o pon la olla de presión tapada bajo el chorro de agua fría.
  • Evita sobre cocinar. Los vegetales tiernos se harán  aguados y la textura del platillo quedará estropeada.
  • Antes abrir la tapa, ten por seguro que el vapor ya salió de la olla al levantar el regulador o peso.
  • Aunque ya sea seguro abrir la tapa, siempre retira la cara al hacerlo pues el contenido estará humeando y caliente.