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Breve guía para catar cerveza en cinco pasos

Por Mariana Toledano

Beber una cheve no es tomarla tan rápido como el calor lo exija, si la eliges sólo en función de cuán refrescante te resulta, estás dejando de lado uno de los mejores placeres del mundo. Catar una buena cerveza es tomarla tranquilamente, sin prisas, apreciando cada uno de sus sabores y aromas a una temperatura justa.

Aunque las artesanales ofrecen mayor aroma y sabores más complejos, también es posible degustar aquellas más comerciales. En cualquier caso es necesario prestar atención a algunos detalles para que esta experiencia multisensorial sea muy agradable.

Para comenzar, la cerveza debe estar a una buena temperatura, es decir, ni excesivamente fría, ni tampoco caliente. Depende de cada tipo de cerveza pero en general el rango oscila entre tres y ocho grados centígrados.

Ya saben, la cerveza se debe beber siempre en vaso, por lo que este punto es muy importante ya que potencia los aromas y permite apreciar muy bien su color. Existen distintos tipos, los cuales deben estar siempre a temperatura ambiente. 

Cinco pasos para catar cerveza

1. Elección de la cerveza 

Cualquier cerveza se puede catar aunque es más interesante comparar diferentes tipos y casas cerveceras para obtener distintas experiencias. Con cuatro o cinco cervezas está bien para la degustación. Intenta explorar nuevos horizontes y elegir aquellas que no hayas probado.

2. Servir la cerveza

Con los años —y la práctica— podemos servir cervezas casi en un parpadear. La técnica para las cervezas muy carbonatadas, es inclinar el vaso a 45 grados y servirla de modo que pegue en las paredes sin que haga espuma en el inicio y enderezarlo justo al final.

La espuma no debe superar los dos centímetros de espesor y nunca se debe llenar el vaso hasta el tope.

3. Observar la cerveza

El color, el cuerpo y la espuma nos hablan de la cerveza, presta atención a su tonalidad, su consistencia, la manera en la que refleja la luz y cómo se forman las burbujas. Ninguna cerveza luce igual.

¿Cuál es el color de la cerveza? ¿Es clara u oscura? ¿Deja pasar la luz y es ligera o es espesa? ¿Cómo luce la espuma? ¿Es cremosa, espumosa, estática o efervescente? ¿Desaparece o es duradera?

4. Percibir el aroma

Por medio del aroma podemos identificar los ingredientes de la cerveza como las hierbas, las maltas, los cereales y la cantidad de lúpulo y alcohol. Mete la nariz ligeramente en el vaso para alcanzar a oler la bebida y distinguir todos sus ingredientes.

La malta puede despertar aromas a pan, galleta, cereal, caramelo, café, tostado y chocolate. Por su parte el lúpulo genera olores a flores, hierbas, cítricos, apio y limón, entre otros. La levadura genera, por mencionar algunos, olores a masa, cuero, jabón, queso, carne, humedad y tierra.

¿Qué olores percibes? ¿Qué tan fuerte es el aroma del alcohol? 

5. Saborear la cerveza

A través del gusto apreciamos los sabores que distinguen cada variedad de cerveza. Se recomienda comenzar con un trago pequeño para despertar las papilas y luego dar un buen sorbo.

Identifica qué es lo que percibes en la boca a penas des el trago y aquello que permanezca por más tiempo.

Algunas cosas son la intensidad del dulzor, la acidez y el amargor de la bebida. ¿Aparecieron nuevos sabores o se refuerzan los aromas? ¿Cómo es el cuerpo de la cerveza? ¿Cómo es la presencia del alcohol?

Finalmente, lo que queda es hacer una valoración sobre la experiencia sensorial que aporta cada cerveza y platicar con los acompañantes sobre sus impresiones. Y ahora sí, a gozarlas todas y a disfrutar opciones diferentes cada vez.