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Cinco falsas creencias sobre la cerveza

Por Mariana Toledano

Una de las bebidas más consumidas en nuestro país es también una de las más contaminadas con mitos y falsas creencias. Aunque tal vez no tengas mucho problema con las cervezas industriales, si invertiste en una buena cerveza artesanal lo mejor es que la disfrutes al máximo.

Presta atención a estos cinco puntos y comienza a vivir la cultura cervecera como se debe.

1. La cerveza NO se bebe helada

Claro que en días muy calurosos las cervezas se antojan muy frías, pero servirlas heladas no es una buena opción. El conflicto radica en que a bajas temperaturas los receptores de la lengua se inhiben, por lo que muchos de los sabores se neutralizan y es difícil captar la complejidad de la bebida.

Lo mejor es servir cada estilo de cerveza en su temperatura ideal.

2. La cerveza NO se bebe de la botella

Al servirla en un vaso, la cerveza perderá gas (dióxido de carbono) y hay dos grandes razones por las que esto es bueno. La primera de ellas es que evita la pesadez e hinchazón y la segunda es que al escapar el gas, los aromas de la cerveza volatilizan y es posible apreciar mejor las cualidades organolépticas.

Esto no ocurre en la botella, donde la boquilla es pequeña y evita la liberación de CO2. Lo ideal es servirla en un vaso adecuado para cada estilo, pero para cuestiones prácticas uno de vidrio o cristal está bien.

3. La cerveza SÍ se sirve con espuma

Una vez que se sirvió en vaso, lo mejor es dejar uno o dos dedos de espuma. Además de que la espuma ofrece información sobre el estilo de la cerveza, ayuda a la liberación del CO2 y permite, como ya dijimos, disfrutarla mejor.

4. La cerveza NO se “quema” por los cambios de temperatura

Esto es, en cierto sentido, falso. Durante el proceso de distribución, las cervezas pasan por varios cambios de temperatura, sin embargo, el mayor problema y lo que hace que se “quemen” es la luz.

El lúpulo –uno de los ingredientes de la cerveza– es muy delicado a los rayos solares y se amarga ante su exposición. Por lo tanto, las botellas que se exponen directamente al sol o que tienen un mal manejo de almacén pueden presentar alteraciones en su sabor.

Lo ideal es preferir aquellas cervezas en lata o botellas verdes y ámbar que han sido almacenadas en cartón.

Por supuesto, los cambios bruscos de temperatura también afectan la bebida, pero en menor medida.

5. La panza chelera, ¿existe?

En realidad, la cerveza no es, por sí sola, la causante de este mal que está muy presente en la población mexicana. La panza chelera tiene origen en la cantidad -y calidad- de las botanas con las que acompañamos esta bebida.

La cerveza es una fuente natural de proteínas y está formada 90% de agua, pero si la acompañamos de frituras o garnachas sí nos hará engordar.