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El café especial que muchos cafeteros no conocen

Por Isabel Garzo // Yorokobu

¿En qué se diferencia el ‘specialty coffee‘ del café comercial? ¿Sabes en qué te tienes que fijar para detectar una mala cafetería?

El llamado café de especialidad, café especial o specialty coffee es un tipo de café de alta gama que se diferencia del comercial en su proceso artesano, que sigue una trazabilidad estricta, y en su sabor, que evita errores como el sabor a quemado o el amargor excesivo.

En muchos lugares del mundo, los que se consideran «cafeteros» solo admiten beber este tipo de café, ya les guste espresso, con leche, de filtro o en cualquier otra de sus modalidades. Pero en España su cultura todavía no está extendida, si bien cada vez hay más locales donde puede tomarse.

«Muchos que dicen ser amantes del café solo conocen el café comercial. Es como si dices amar la cerveza y solo has probado la de marca blanca más básica de un supermercado», explica Pavlo Kosarevych, cofundador de Waycup Specialty Coffee, una nueva cafetería de Madrid.

Café de especialidad vs. café comercial

El specialty coffee es fácil de distinguir para todos los paladares. No hace falta ser un entendido como en el caso de los vinos. Cualquiera que esté acostumbrado a tomar café de distintas calidades con azúcar, por ejemplo, se dará cuenta enseguida de que en este no lo necesita (o necesita menos), porque no tiene defectos que camuflar. Se trata de un café mucho más suave y limpio, sin sabor a quemado; lo cual no quiere decir que tenga menos cafeína.

Gran parte de los consumidores españoles aún no han aprendido a disociar el sabor fuerte y amargo de la sensación de que ese café es eficaz para mantenerles despiertos, cuando la realidad es que esos dos factores no están relacionados. «En España ha hecho mucho daño el torrefacto. Las personas están acostumbradas a ver cafés muy oscuros y piensan que si no lo son, no van a despertarles», explica Kosarevych.

Para que un café pueda llevar el calificativo de «especialidad» tiene que cuidar todo su proceso:

Speciality coffe

Speciality coffe

El origen

No todas las plantaciones pueden producir café de especialidad. Los productores eligen la variedad concreta y la cultivan en una región específica, a una cierta altura y cuidando las condiciones de temperatura y humedad, así como vigilando las plantaciones colindantes. Se trata de un fruto de temporada, por eso se recolecta en unas épocas u otras según la región. Por todo esto, el café specialty nunca podría escalar su producción hasta ser mainstream: siempre será algo exclusivo.

Según la Specialty Coffee Association (SCA), la puntuación sobre 100 de esos granos de café en un proceso de clasificación llamado «catación» debe ser superior a 80 puntos, lo que garantiza una gran calidad de base.

La recolección

Se efectúa siempre a mano, al contrario de lo que se hace en el café comercial. Los llamados «caficultores» eligen los frutos que están en su punto óptimo de maduración, ya que una «cereza de café» demasiado verde o demasiado madura aportaría amargor. Para recoger todas las cerezas en su momento idóneo, se realizan varias tandas de recolección (unas siete por cada tanda única en el café comercial).

Durante el proceso de despulpado (extracción de los granos que están dentro de esos frutos recolectados), que puede dar como resultado café lavado, semilavado o natural, hay una nueva selección manual: se desechan los granos defectuosos.

La trazabilidad

Todos los granos provienen de la misma finca y la trazabilidad y el cuidado del café se aseguran durante todo el proceso de transporte y comercialización.

El tueste

Aquí radica una de las principales diferencias del café especial. En la producción masiva, el café se tuesta en exceso para ocultar así todos los defectos que no se han eliminado durante la recolección o el despulpado. Al café especial no le hace falta, porque no tiene nada que esconder. Por tanto, los granos de café especial presentan un color marrón claro que contrasta con el color marrón oscuro, casi negro, de los malos cafés.

De hecho, los baristas expertos en café especial lo tuestan de manera diferente según si se va a usar para preparar un expreso u otro tipo de café, como por ejemplo el de filtro.

Otra característica que diferencia a los granos bien tostados es que pesan más que los que están inflados o quemados aunque sean de menor tamaño.

La preparación del café especial

La preparación del café especial

La preparación

De nada sirve tener un café maravilloso, que vale al pormenor unas tres o cuatro veces más que un café del que puede encontrarse en un supermercado, si este no es bien preparado. Los buenos baristas eligen la temperatura exacta a la que debe hacerse cada tipo de café, así como la proporción exacta que tienen que poner según la cantidad de agua y, por supuesto, lo muelen en el momento.

Por lo tanto, no basta con que el grano cumpla los requisitos de calidad: la especialidad se consigue teniendo cuidado en todo el proceso. «La experiencia final depende de que ningún actor en la cadena abandone el bastón», decía Ric Rhinehart, director de una asociación que finalmente desembocó en la SCA al fusionarse con otra. Por eso ahora hay certificados para todos los actores involucrados en ese proceso.

El consumo

Los baristas prefieren que lo tomes sin azúcar. En algunos establecimientos de specialty coffee pueden encontrarse simpáticos avisos al respecto como «si le echas azúcar, nos rompes el corazón» (acompañada de una imagen de una cucharada de azúcar estropeando el dibujo en forma de corazón de un café latte). En algunas cafeterías demasiado radicales ni siquiera es posible encontrar azúcar. En la mayoría sí hay, pero no está muy a mano. Es difícil desprenderse de los hábitos, pero los expertos aconsejan, al menos, probar este café antes de echar azúcar: quizá te sorprenda.

Otra diferencia que apreciará el consumidor es que algunas preparaciones del café especial, como por ejemplo el café de filtro, aceptan muy bien la disminución de su temperatura: cuando se enfría no sabe mal, sino que muestra otros matices que desarrolló el café durante el proceso.

La cultura del café especial en Europa

La definición de café especial no es cerrada: fluctúa en función de distintos factores. Habrá personas que no noten una gran diferencia con otro tipo de café o que consideren grandioso un café que no sea especial. La cultura imperante en cada país tiene un papel determinante en esta percepción. Por ejemplo, el café etiquetado como «gourmet» no es café especial, ya que no cumple los requisitos establecidos por la SCA.

La escena del café especial artesano continúa creciendo en Europa. 

Según el informe The Project Café2017 Europe llevado a cabo por Allegra World Coffee Portal, hay un crecimiento sostenido sobre todo en mercados con un gusto establecido por lo artesano, tales como Reino Unido, Rusia, los Países Nórdicos o los Países Bajos. Otro de los motivos de este crecimiento es la importancia que tiene en los mercados más desarrollados la socialización fuera de casa, que encuentra en el buen café una excusa perfecta para una reunión en un local agradable.

Existe un movimiento llamado «tercera ola» que se refiere a todo lo que hay alrededor de un café de especialidad: la filosofía de cuidado por el producto, la agricultura sostenible, la preocupación por el medio ambiente, la dimensión social que aporta que el proceso ayude a mantener a familias enteras… Quien consume café especial conecta con todos los que lo hicieron posible: sabe de dónde proviene y qué método se ha utilizado para elaborarlo. «Si el consumidor no entiende lo que hay detrás, no importa cuán bueno sea el café», comenta Sebastián Villamizar, que trabaja en el departamento de Relaciones con Clientes de varias cafeterías de Colombia.

Cafeterías de café especial

Cafeterías de café especial

Las grandes cadenas siguen creciendo, especialmente en países como el Reino Unido, Turquía o Grecia, pero en muchas de ellas se ve la influencia de esta ola de café artesano. Por ejemplo, mediante la adaptación de su diseño interior, el origen de sus cafés y el ofrecimiento de comida casera y fresca.

¿Y qué ocurre en España? La SCA formó su sección española en 2008.

Se llama SCAE y tiene un largo camino por recorrer. Persigue un café de gran calidad en un país «mellado» por el torrefacto. Según European Coffee Trip, «España es raramente mencionada cuando se habla de specialty coffee a pesar de que en ella ha estado creciendo una vibrante cultura de café. Todavía se mete en el mismo saco que Italia y Portugal, donde se usa con frecuencia café de baja calidad».

El torrefacto nació durante la guerra civil española. Es un proceso consistente en añadir azúcar en la fase final del tueste para aumentar hasta un 20% el peso final del grano. Esta capa dulce, además, camufla los granos quemados. Este truco produce una espuma gruesa y oscura y un sabor amargo que a menudo se vuelve incluso rancio. Se trata de un café de muy baja calidad que apenas se consume fuera de España.

A la izquierda, café de especialidad bien tostado. A la derecha, café con torrefacto

A la izquierda, café de especialidad bien tostado. A la derecha, café con torrefacto

 Fue una buena solución para luchar contra la escasez de café en tiempos de guerra, pero las campañas de marketing de la época hicieron que las personas se acostumbraran a él. Hoy, en España, para sorpresa de los visitantes, algunos hoteles o restaurantes siguen ofreciendo café torrefacto en diferentes proporciones. 

cafés de España

cafés de España

Por esta cultura imperante, los nuevos tostadores artesanos y los baristas de specialty coffee van entrando tímidamente al mercado español.

Nombres como Nomad Coffee, Right Side Coffee o Café de Finca en BarcelonaHanso, Toma Café, Lots Coffee House, Galileo 70 o Coffee and kicks en Madrid o D-Origen Coffee en Alicante sacian la sed de buen café de  los locales y de los visitantes de otros países de Europa que se encuentran, sorprendidos, con que en las grandes ciudades españolas solo es posible encontrar un puñado de cafeterías de specialty coffee.

Aprende a detectar las malas cafeterías

Aunque en España no abunden las cafeterías de café especial y a veces sea inevitable tomar uno comercial, hay bastante diferencia entre unas cafeterías y otras.

Estos son los puntos en los que te tienes que fijar para determinar si una es o no aceptable.

1. Limpieza insuficiente del portafiltros

Existe la creencia errónea de que no hay que limpiar el portafiltros porque «los restos de café dejan aceites que dan más sabor al café». Esto equivaldría a no limpiar una sartén tras su uso. Los sabores que puede aportar un café ya infusionado en posteriores infusiones siempre van a ser negativos: más amargor y suciedad.

2. Grano demasiado oscuro

Fíjate en el café en grano que hay en el depósito del molinillo. ¿Es de color marrón claro, o es tan oscuro que parece negro? Es más probable que estés ante un buen café si se trata de lo primero. Si, además, los granos están recubiertos como por una capa de barniz, y parecen más bien aceitunas negras, huye de ahí o pídete un zumo. El torrefacto, como ya hemos explicado, tiene azúcar quemado recubriendo el grano pero, además, al tener un sabor más amargo e incluso rancio, necesitarás más azúcar para podértelo beber. El resultado no solo es malo para tu paladar, sino también para tu salud.

3. Mucho café molido para todo el día

El protocolo de catación de la SCA establece en 15 minutos el tiempo máximo para consumir un café después de molerlo. El motivo es que el café pierde gran parte de su aroma y sabor cuando se muele. Por tanto, son mejores las cafeterías que muelen el café bajo demanda (cada vez, la cantidad necesaria para ese café) que las que tienen una gran cantidad de café molido para toda la mañana.

El protocolo de catación de la SCA establece en 15 minutos el tiempo máximo para consumir un café después de molerlo

4. Café sin prensar

Las leyes físicas establecen que el agua va a discurrir siempre por donde encuentre la menor resistencia. Por tanto, si se coloca el café molido en el portafiltros (ese recipiente  con mango que después se coloca en la máquina para hacer café espresso) y no se prensa, aprovechará las zonas menos densas para pasar y, por tanto, no estará extrayendo todas las propiedades del resto del café. Al prensar, se consigue que la densidad sea más o menos uniforme y el agua esté «obligada» a pasar por todo el café.

5. Café que sale a borbotones

Cuando el café sale con demasiada fuerza de la máquina, algo va mal. Seguramente, la «pastilla» que forma el café molido no esté bien prensada o contenga muy poco café. También es posible que la molienda sea demasiado gruesa. En todos estos casos, el agua pasa demasiado rápido por la pastilla, de forma que no le da tiempo a absorber todas las propiedades del café.

6. Leche demasiado caliente

A partir de 70 grados, la leche se quema y pierde sus proteínas y otras propiedades, además de resultar menos agradable al gusto. La leche debe estar caliente, pero sin llegar a hervir.

7. Lanza de vapor sucia

Todo el que haya tratado con bebés sabe que el olor que desprende la leche cuando se seca no es nada agradable. Seguro que no quieres que la lanza de vapor con la que calientan tu leche tenga restos de leche quemada de hace un rato. Pasar un trapo tras cada uso no cuesta nada y es señal de que en esa cafetería cuidan la higiene.

Como detectar una mala cafetería

Como detectar una mala cafetería