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Comixcal: sabores desconocidos de Oaxaca en la CDMX

Por Mayra Zepeda (@Mayra_Zepeda)

El restaurante de Marahí López y Alexis Jiménez llevaba dos meses abierto cuando el sismo del 7 de septiembre de 2017 golpeó Oaxaca. A la mañana siguiente, Comixcal ya no era solo un restaurante de cocina oaxaqueña, sino un centro de acopio que alcanzó a reunir 150 toneladas de víveres para enviar a 26 municipios del estado.

“Nos involucramos a tal punto en que a veces la gente ya no sabía qué era Comixcal. Para la gente, Comixcal era centro de acopio, pero no sabían que había un restaurante muy pequeño, con escasas ocho mesas”, cuenta Marahí. Para esta chef oaxaqueña, convertir su restaurante en un centro de acopio fue una manera de asimilar su propio dolor. “El Juchitán con el que yo crecí dejó de existir. Se cayeron el Palacio Municipal, la iglesia principal y la Casa de la Cultura fundada por el maestro Francisco Toledo”.

Después de la tragedia, los vecinos de la colonia Santa María La Ribera comenzaron a ubicar a Comixcal como lo que es: un restaurante oaxaqueño enfocado en dar a conocer platos de todas las regiones de Oaxaca, no solo las clásicas tlayudas o el típico mole negro.

Los fines de semana, Marahí y Alexis añaden platillos de zonas de Oaxaca gastronómicamente desconocidas. Ahí está el fabuloso amarillo de hongos, una sopa calientita y picosa –elaborada con chile costeño- que se come en la región de la Costa Chica, o la increíble costilla de cerdo de Tuxtepec, la cual se ahúma por varios días con un tipo de lima agria muy parecida a la de Yucatán.

En el menú también están las garnachas istmeñas y los molotes de papa con chorizo, además de la imperdible tlayuda con cecina o tasajo, unas enchiladas de coloradito y un mole verde con espinazo de cerdo para limpiar el plato con tortillas calientitas.

Comixcal también es un excelente lugar para probar buenos mezcales y cervezas artesanales de Oaxaca mientras botaneas con una cazuelita de chapulines o el desconocido piedrazo, una golosina tradicional de la región de los Valles Centrales.

La carta maneja 12 variedades de agave de distintas regiones de Oaxaca y cada mezcal está identificado con el nombre del maestro mezcalero que lo elaboró. “Nos interesa que la gente anónima también tenga nombre y apellido. Hay gente que ha vivido toda la vida de ser maestro mezcalero, serlo es de generación y de repente no hay reconocimiento, así que antes de poner un mezcal en la carta pusimos el nombre del maestro mezcalero”, dice Marahí.

¿Quieres un consejo? Pregunta por el mezcal especial del mes. Alexis es el encargado de viajar a Oaxaca por los mezcales y de pronto consigue verdaderas joyas.

Cuando vengas a comer, guarda un espacio para el postre. Marahí está orgullosa de lo que Comixcal creó para satisfacer la necesidad de un bocado dulce después de la comida. Con base en sus recuerdos de la infancia, Marahí y Alexis incluyeron en la carta las estorrejas (que solían comer al salir de clases en primaria), un tamalito de elote acompañado con crema, queso y azúcar (como lo preparaba su abuela), y un fabuloso dulce de papaya verde con una bola de helado de coco.

Dirección: Dr. Atl 176, Santa María La Ribera, ciudad de México.

Facebook: @comixcal