Recetas hay miles y cada quien tiene sus trucos para prepararlo. Y es que nos encanta porque puede ir con cualquier cosa: como salsa, acompañante o incluso solito dentro de una tortilla. Te tenemos unos tips para preparar guacamole y presumas tus dotes culinarios.
Su consistencia cremosa, el sabor delicioso del aguacate mezclado con los demás ingredientes y la versatilidad que tiene para comerlo son las razones por las que salivamos cada vez que pensamos en el guacamole.
Es un platillo tan universal en la cultura mexicana que seguramente hay más de una versión de su origen e historia. Lo que sí sabemos es que la palabra proviene del náhuatl y se consume desde entonces.
El guacamole es una salsa muy básica que consta de tres ingredientes principales: aguacate, tomatillo y chile.
Así es. Nada de cilantro, cebolla, jitomate ni ajo. ¿El motivo? Todos esos ingredientes no existían cuando surgió el guacamole.
El tomatillo se utiliza como conservador y medio ácido, lo cual va a evitar que el aguacate se oxide y además dará textura. Lo más recomendable es utilizar la variedad pequeña (el miltomate o de milpa) pues el sabor está más concentrado.
El chile por su parte, es el encargado de dar sabor junto con un poco de sal. La cantidad depende de tu resistencia al picante; en cuestión de variedades puede ser cuaresmeño, serrano, verde o de árbol.
Con el paso del tiempo se fueron agregando los ingredientes que hoy le dan personalidad al guacamole. Estamos hablando de cebolla picada y algo de cilantro.
El papel de la cebolla es dar textura crujiente y unas notas aromáticas a la preparación. El cilantro servirá para aportar sabor.
Si andas en búsqueda de una receta infalible, estás de suerte porque aquí está.
Sabemos lo valioso que es un aguacate fresco y por eso nos dimos a la tarea de buscar las maneras más eficientes para mantener tu guacamole verde y brillante, como recién hecho.
Nunca te imaginarías que hay recetas de guacamole que llevan más de quince ingredientes y está bien siempre y cuando respeten al protagonista: el aguacate.
El jitomate lo ponemos para dar color al guacamole y un sabor dulce extra. La verdad, es uno de los ingredientes que ya se volvió parte de la receta clásica en muchos hogares y nunca le haríamos el feo.
Para dar color también hay quienes ponen arándanos o granada roja. Si te gusta el contraste entre ácido y dulce, definitivamente te va a gustar hacer este experimento.
¿Te gustó el guacamole dulce? Agrega mango y la experiencia será completamente distinta a todo lo que te imaginas. Funciona mejor cuando le pones más limón o tomatillo.
Hay quien agrega leche o crema para dar untuosidad. Generalmente estas salsas serán más claras que el tono tradicional de un aguacate y no tendrá tropiezos.
Aunque suene a producto turístico, agregar insectos es un agasajo a tu paladar. Si utilizas chapulines tendrás un sazonador natural y un toque acidito que va perfecto con la cremosidad del aguacate.
Si lo que buscas es experimentar el umami, agrega gusanos rojos de maguey, sí, esos que usas para el mezcal.
Usa queso fresco para coronar tu guacamole. Si eres de sabores más fuertes, te recomendamos que le pongas de cabra.
Ármate tus taquitos de guacamole con lo que más se te antoje y platícanos ¿cómo enchulas tu receta?