Tal vez te hayas comido unas tostadas de pata falsa, masticaste hasta lastimarte la mandíbula y fue una experiencia desagradable, así que hoy te contaremos cómo reconocer la real y preparar una comida de campeones.
Foto: Azucena Pacheco
Debes saber que la mejor manera de saber qué estás comprando es pedir ver la pieza completa del animal y después solicitar al carnicero que la pique delante de ti, ya que hacerlo tú puede resultar bastante engorroso.
Si no tienes mucho tiempo para esperar al carnicero, fíjate en el detalle más importante: la pata real, ya sea de cerdo o de res, es de color rosa, que puede ir del pálido hasta uno medio.
Tómala entre tus dedos y aprieta. La textura debe ser gelatinosa y flexible. Prueba un pedazo. La carne tiene que ser suave, fácil de masticar.
Literalmente de partes del cerdo que no se pueden reutilizar, es decir, de desperdicios. Generalmente utilizan nervio de cabeza, cuero, retazo o viril (genitales).
Pero no te preocupes, aunque te suene asqueroso, no son peligrosos para tu salud.
Foto: Azucena Pacheco
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