¿Cuál es el secreto para un gran maridaje? Aunque la ciencia del maridaje puede ser muy compleja, también puede simplificarse a lo fundamental. Lo importante es recordar que lo que se busca es el balance de sabor entre el vino y el platillo para que sepa rico y nos haga comer y beber más. No es tan difícil como crees si sigues esta guía paso a paso para aprender cómo maridar. Sólo recuerda que esto es… pues eso, una guía y no una regla escrita en piedra, así que puedes empezar con estos consejos y, cuando te sientas con más confianza, empezar a experimentar con diferentes vinos y comidas. Ahora sí, vamos a lo importante:
Identifica los sabores básicos tanto del vino como de la comida con la que maridarás: dulce, ácido, salado, amargo, agrio, picante, etc. Por ejemplo: los sabores básicos del mac & cheese son salado y grasoso.
Elige una metodología de maridaje que haga contraste o que armonice. Puede ser un maridaje armónico, que crea un balance al amplificar los sabores básicos que comparten el vino y el platillo; o un maridaje contrastante, que crea un balance al contrastar sabores opuestos que se encuentran en el vino y el platillo.
Algunas combinaciones de sabores para maridajes básicos que no fallan son:
Elige el vino cuyo sabor principal sea el que necesitas. Por ejemplo: si tienes mac & cheese (que es salado y grasoso), elige un vino que tenga muy buena acidez. Este será un maridaje contrastante.
Estos provienen de las hierbas, las especias o los ingredientes que se presentan en menor cantidad, como aceite de oliva, canela, pimienta, etc.
Ahora elige un vino que también contenga estos sabores secundarios. Por ejemplo, si tu platillo es muy herbal, elige un riesling, que también tiene matices de sabores herbales.
La mejor prueba es consumir al mismo tiempo un bocado del platillo con un sorbo de vino. Si te sabe rico, ¡tu maridaje es ganador!
*Sólo recuerda que ¡las reglas existen para romperse! y que el mejor maridaje –así como el mejor vino– es que el más te gusta a ti, así que cuando te sientas con más confianza puedes experimentar y encontrar nuevos maridajes que te gusten.
Ahora que ya sabes cómo maridar, al menos en la teoría, ¡es momento de poner este conocimiento en práctica!