Estadio de béisbol con el mejor menú.
El béisbol, se ha puesto de moda nuevamente en la Ciudad de México. No solo por el gran equipo que tiene la ciudad, sino que también es un increíble espectáculo de luces, sonido y entretenimiento. Pero nada de esto funcionaría si la comida no está presente, así que aquí te diré qué comer en el estadio de los Diablos Rojos, equipo de béisbol.
Viernes de juego por la noche, clima perfecto para ver a la oncena de los Diablos Rojos ganar. Gritos y música nos reciben en una noche templada. Llegar al estadio Alfredo Harp Helú no es tan complicado, suele haber rutas muy accesibles, aunque es cierto que debes tomar precauciones si vas en coche, pues el caos de esta ciudad afecta en todos lados.
Foto: Francisco Rangel
Atmósfera única para comer.
Alfredo “el Zurdo de Oro” Ortíz, ídolo de la afición, se acerca a la caja de bateo, de pronto el pitcher lanza una recta fácilmente conectada que se va al jardín derecho. La afición se vuelve loca grita con alegría al unísono: ¡Diablos!, ¡diablos!, ¡diablos! Mientras yo con la boca casi llena me pierdo de toda la acción por estar admirando unas costillas BBQ que se pidió mi vecino de butaca.
El estadio se inauguró hace no mucho, en el 2019 abrió sus puertas al público y desde entonces, ir a ver partidos de béisbol se convirtió en una de las principales atracciones de los capitalinos. Al entrar te sientes instantáneamente en casa, con acogedores asientos y una vista panorámica desde tu llegada no te perderás de ningún momento.
Como aficionado a los deportes, sin duda el béisbol es relevante, pero mi amor por la comida es aún mayor. Por años llevo escuchando experiencias gastronómicas de muchos asistentes a este estadio como de todo un deleite. Cosa que me pareció exagerada, hasta que pude vivirlo.
Foto: Francisco Rangel
¿Qué comer en el estadio de los Diablos Rojos? Todo.
El béisbol y el espectáculo son de primer nivel, pero la comida es aún más interesante. Excelentes propuestas podemos encontrar por todo el diamante. No solo encontrarás comida típica de este tipo de eventos, hot dogs y hamburguesas, son solo el principio de una experiencia gastronómica inigualable. He ido a muchos estadios en este país, pero en ninguno he comido como aquí.
Los tradicionales del Estadio A. Harp Helú.
No hay forma que podamos empezar este tour gastronómico sin los ya famosos tacos de cochinita, “Los Famosos del Béisbol” se han convertido en una taquería reconocida en toda la Ciudad de México. Tacos y tortas de cochinita la especialidad, a la plancha con un increíble sazón, hace que se vuelva casi una adicción. Pequeños y semi-crujientes, si los acompañas con salsa verde y cebollas encurtidas, te llevarás una excelente sorpresa. Te los pueden llevar a tu asiento o puedes formarte, te recomiendo lo segundo pues salen más calientitos y podrás disfrutarlos mejor.
Foto: Francisco Rangel
Béisbol sin hot dog, no es béisbol.
La comida clásica de un partido de béisbol son los hot dogs o las hamburguesas, herencia de los estadounidenses, inventores de este deporte. México no se podía quedar atrás. Chubbies Burgers crearon una nueva sucursal y se instalaron hace no mucho aquí, hamburguesas estilo americano con gran sabor. De buen tamaño y con la cantidad de grasa adecuada, estas hamburguesas han conquistado el parque de pelota.
Foto: Chubbies Burger
Para los hochos ninguno mejor que Bangers, con tres opciones de hot dogs te hacen vivir una experiencia sumamente tradicional de un estadio de béisbol. Ya sea que elijas uno clásico, que te devores un abundante chilli dog o disfrutes mi favorito, el surfer, un hot dog de salchicha de res con queso suizo, tocino crispy, cebollas caramelizadas y chucrut. Una verdadera delicia.
Foto: Francisco Rangel
La cerveza no puede faltar, pero como en cualquier estadio de este país se venden las más tradicionales. Siempre necesarias para pasar un buen rato. Aunque también hay comida de cadenas rápidas, que son pocas, te sorprenderá por la cantidad de negocios pequeños que hay en un espacio tan reducido y comercial.
De la calle al estadio, lo más mexicano.
En la séptima entrada, todavía quedaba para probar aún más, el aguachile rojo del Aguachilón es sumamente abundante y con ese toque norteño que tanto gusta. Un cachito de Sinaloa en la CDMX. El aguachile, ácido y picante, a pesar de ser noche queda perfecto, pues la húmedad arrecia. Lo que más me sorprendió fue encontrarme los famosísimos machetes de Amparito, un famoso local de “quesadillas” gigantes que tomó mucha fama en la colonia Guerrero. Este tipo de oportunidades no se tienen todos los días, probar un machete de chicharrón fue de lo mejor.
Para el desempance yo cerré con una donita de Moka que fue la cereza en el pastel. Aunque es cierto que unos churritos con helado de Churrería El Moro me hicieron un coqueto guiño que ignoré, pues del otro lado una imponente marquesita se atravesó en mi camino.
Foto: Francisco Rangel
Pero si nada de eso te convenció, también ofrecen chapatas, flautas ahogadas, pork belly, alitas, tortas, tacos, pizzas, esquites, crepas y mucho más. Ahora, sí nada de eso te convence también está la carta del espectáculo, que gracias a la música, memes, sonido local, videos y botargas pasas unas horas muy divertidas.
Ya sabes qué comer en el estadio de los Diablos Rojos. Ir al Harp Helú es más que solo un espectáculo deportivo, es una feria que se disfruta varios días a la semana. Un parque de diversiones con varias experiencias gastronómicas que disfrutarás si te dejas llevar.
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