El ayuno es uno de los rituales más relevantes para diferentes religiones; entre ellos, el catolicismo (Cuaresma), el judaísmo (Yom Kipur o los taanit) y el islam (Ramadán). Y, aunque estas expresiones tienen un origen en común y prehistórico, se diferencian en varias cosas, como el periodo en el que se hacen, la duración y el tipo de alimentos que se pueden consumir. Hoy hablaremos del Ramadán.
Foto: se ayuna desde el amanecer hasta la puesta de sol, como un acto de devoción, autocontrol y purificación / Shutterstock
El Ramadán es considerado el mes sagrado del islam. Durante el transcurso de este mes, millones de musulmanes alrededor del mundo practican el ayuno diario, como una forma de acercarse a la reflexión y fortalecer su espiritualidad. Como el Ramadán se basa en el calendario islámico, que depende del ciclo lunar, la fecha varía cada año.
Quienes tienen esta práctica ayunan desde el amanecer hasta la puesta de sol, como un acto de devoción, autocontrol y purificación. Este ayuno, conocido como sawm, implica abstenerse de alimentos, bebidas, tabaco y otras actividades durante las horas de luz. Más allá de su significado religioso, el Ramadán tiene una profunda relación con la alimentación, marcando una rutina diaria en la que el ayuno se rompe con comidas tradicionales y cuidadosamente seleccionadas.
Diversos estudios han documentado los posibles beneficios para la salud del ayuno intermitente, no solo durante el Ramadán sino en la vida diaria, entre los que se destacan:
Foto: el ayuno se divide en dos momentos clave, el suhoor (comida antes al amanecer) y el iftar (comida que rompe el ayuno) / Shutterstock
El ayuno durante el Ramadán se divide en dos momentos clave:
Cada cultura ha desarrollado su propio repertorio gastronómico para el Ramadán, adaptando ingredientes y tradiciones a la región en la que se encuentran (no olvidemos que la migración ha movilizado a miles de musulmanes alrededor del mundo). Estos son algunos platillos típicos en diferentes países:
Foto: Somosas, cada cultura ha desarrollado su propio repertorio gastronómico para el Ramadán, adaptando ingredientes y tradiciones a la región / Shutterstock
Foto: Baklava, si bien existe el ayuno durante el Ramadán, los postres no faltan / Shutterstock
Si bien el Ramadán invita a la introspección y reflexión espiritual, el disfrute gastronómico y la tradición no pueden faltar. La forma en la que la alimentación se adapta a esta celebración demuestra la importancia de la comida no solo como sustento, sino como parte de una identidad cultural y espiritual.
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